La película de Rodrigo Cortés Buried (Enterrado) dio la sorpresa este lunes en los premios Jose María Forqué al obtener el premio a la mejor película, en una gala en la que Luis Tosar se hizo con el galardón al mejor actor por También la lluvia y en la que el premio a la mejor actriz quedó repartido entre Emma Suárez y Nora Navas.

"Era una película muy difícil de producir", dijo Cortés al recoger este galardón, entregado por los productores agrupados en el colectivo EGEDA en una gala celebrada en el Palacio de Congresos de Madrid. Cortés definió Buried, en la que la cámara no sale en ningún momento de un ataúd, como una cinta realizada con una total "falta de sentido común", que se ha impuesto a las favoritas También la lluvia y Pa negre.

Fueron Verónica Forqué y su hija María, como sucesoras de José María Forqué, las que han entregado el premio -dotado con 30.000 euros- a Cortés, que rodó su filme en inglés y con Ryan Reynolds como único y enterrado protagonista.

Luis Tosar, que interpreta precisamente a un productor de cine en la película en la cinta de Icíar Bollaín, fue por su parte elegido como el mejor actor del año. Tosar, en un año en el que han fallecido Luis García Berlanga, Manuel Alexandre o, hace dos días, Augusto Algueró, dijo: "Muchos habéis tenido la suerte de haber compartido con los grandes maestros. Dedico este premio a los pioneros del cine español y celebro que tenemos algo muy bonito entre las manos".

El actor gallego se convierte así en el único ganador de este premio, ya que fue creado el año pasado, cuando recayó en su Malamadre de Celda 211, por lo que vuelve a embolsarse de nuevo los 3.000 euros con los que está dotado el premio.

Sin embargo, dos actrices se dividieron el premio en esta edición: Emma Suárez, por su trabajo en La mosquitera, y Nora Navas por Pa negre. Suárez definió su papel en la película de Augstí Vila como "un auténtico desafío, no sólo por hablar catalán", a tenor de esta comedia de humor negro.

Nora Navas, que suma este galardón a la Concha de Plata en San Sebastián y que con Pa negre, de Agustí Villaronga, recibió el espaldarazo que ya tenía en el mundo de las tablas catalanas, se mostró pletórica: "Estoy viviendo un momento muy dulce", dijo.

Finalmente, en el apartado de mejor película de animación o documental -dotado con 6.000 euros-, fue Bicicleta cuchara manzana, de Carles Bosch y centrada en la evolución del mal de alzheimer en Pasqual Maragall, mientras que la Medalla de Oro de EGEDA 2011 fue para el productor de cintas como Mi querida señorita, Luis Megino.

Los productores, en su fiesta y con Enrique Cerezo como portavoz, no dejaron de reivindicar la ley Sinde, que plantea "la oportunidad de arreglar la terrible situación que afecta a la industria audiovisual", asolada por "el expolio y robo de los contenidos".

Y la propia ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, sobre el escenario, refrendaba estas palabras al asegurar: "Nadie tiene las soluciones precisas. Estamos más llenos de preguntas que de respuestas en este momento de cambio tecnológico, vamos inventando el futuro según lo vivimos".

Pero también celebró: "Las cinco películas finalistas no podían ser más distintas, incluso en la lengua en que fueron filmadas" y apeló al optimismo basándose en Rafael Azcona, que decía que España siempre estaba zurcida, pero nunca rota. "Tardaremos mucho tiempo en dejar de estar zurcidos, pero nunca estaremos rotos", afirmó.