Un bar del Clot barcelonés se bautiza en honor a los 33 mineros chilenos salvados

Hugo, en El Refugio de los 33 del Mercado del Clot.
Hugo, en El Refugio de los 33 del Mercado del Clot.
MIQUEL TAVERNA
Hugo, en El Refugio de los 33 del Mercado del Clot.

El bar del barrio barcelonés del Clot El refugio de los 33 rinde homenaje con su nombre a los 33 mineros chilenos que fueron rescatados en 2010 de una mina a 700 metros de profundidad en lo que ha resultado ser una reciente gesta técnica de la humanidad.

Su propietario es Hugo, un chileno que lleva 21 años en Barcelona y tiene dos hijos catalanes, Jordi y Arnau. Quiso abrir en agosto su cuarto bar en la ciudad justo delante del Mercat del Clot, "en un barrio donde aún se hace vida". Yuna noche, viendo las noticias de su tierra por Internet, pensó en bautizar el local como tributo a los compatriotas mineros, que "aún seguían atrapados" bajo tierra en aquel momento y que contactaron con el exterior con la frase: "Estamos bien en el refugio de los 33".

El día del rescate, Hugo lo siguió desde su bar por televisión junto a los vecinos, paisanos y clientes de su bar. Posee otros tres establecimientos en Plaça Sant Jaume, el Born y Joanic (Gràcia) y en todos ellos imprime la herencia gastronómica de su tierra. El del Clot está especializado en bocadillos y ensaladas con una salsa de aguacate que se aplica en Chile, como se acostumbra a hacer aquí con el pa amb tomàquet.

Tambien ofrece una selección de vinos chilenos, muy apreciados en Latinoamérica, pero poco introducidos en un mercado vinícola potente como el español. A Hugo, los paradistas del Clot le acogieron rápidamente, pues conocía a algunos desde que empezó a trabajar como camarero en la masía Can Travi de la Vall d’Hebron. Allí aprendió el oficio de restaurador. La comunidad chilena en Catalunya es poco numerosa, ya que la emigración ha descendido en el país por la mejora de su economía.

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