El Ejército y la Policía tunecina cargaron este lunes contra una manifestación de unas mil personas en el centro de Túnez que reclamaban la disolución de la Reagrupación Constitucional Democrática (RCD), el partido en el poder del presidente huido, Zine el Abidine Ben Alí.

Las fuerzas de seguridad lanzaron botes de humo y usaron cañones de agua contra los manifestantes y dispararon al aire para disolver la protesta, que recorría la popular avenida Habib Burguiba de la capital.

El RCD es el partido omnipresente durante décadas en el país y todavía ocupa todos los resortes del poder en la administración central, regional y local.

Los manifestantes gritaban consignas como "Abajo con el RCD" o "Fuera el partido de la dictadura" e intentaban dirigirse a la sede central de esta fuerza política situada cerca de la avenida Burguiba, pero no pudieron avanzar más que unos cientos de metros cuando las fuerzas de seguridad cargaron contra ellos.

Este altercado es la confirmación de que la tensión creada por los partidarios del huido presidente Zine el Abidín Ben Alí continúa en el país. Mientras, el primer ministro, Mohamed Ghanuchi, ha anunciado este lunes el nuevo Gobierno del país, que incluye a los líderes de la oposición legal.

Durante la noche del domingo en el barrio de Gammar de la capital, los enfrentamientos violentos entre las fuerzas del Ejército y bandas de partidarios de Ben Alí se prolongaron durante varias horas, indicaron a habitantes y testigos presenciales.

En varias zonas del barrio se escucharon ráfagas de ametralladora y al menos tres disparos de artillería pesada, mientras que en el centro de la ciudad se oyeron tiros esporádicos hasta altas horas de la madrugada.

En el distrito residencial de la Cité Naser las fuerzas del orden continuaron las detenciones en sus domicilios a miembros del clan de la familia de Leila Trabelsi, esposa de Ben Alí.

Entretanto, la vida cotidiana en Túnez retoma poco a poco su curso normal, con un mayor número de cafés, comercios y tiendas de alimentación abiertas.

Los transportes públicos, incluidos autobuses, taxis y ferrocarriles, funcionan con bastante normalidad, aunque la presencia militar en las principales calles del centro de la capital continúa siendo intensa, con varios tanques apostados en la avenida Habib Burguiba, aunque se han relajado algunos controles.

Los españoles que seguían en el país, de turismo o residentes, han sido evacuados esta madrugada del país y aterrizaban de madrugada en el aeropuerto de Barajas, para retomar viaje hasta sus ciudades de origen.