La abogada defensora del cuádruple asesino de Olot, Nuria Masó, ha dicho este jueves que todo apunta a que el acusado, Pere Puig, cometió los dos últimos asesinatos, los de los dos empleados de la Caja Mediterráneo (CAM), por una deuda de unos 5.000 euros de su tarjeta que él creía que ya estaba saldada.

En declaraciones a los medios después de que el juez haya tomado declaración a los testigos de esos dos crímenes, Masó ha comentado que al parecer Puig mató a los dos empleados, Anna Pujol y Rafael Turró, porque fueron ellos quienes le comunicaron y le certificaron que todavía tenía una deuda impagada con el banco.

"Había hecho sus cálculos a su manera, ya que no sabe mucho, de hecho ahora está yendo a la escuela. Creía que la deuda estaba saldada, pero le corroboraron que era aún mayor de lo que esperaba", ha indicado Masó, que ha añadido no obstante que es muy posible que existan otros móviles además del económico. Los hechos sucedieron el pasado 15 de diciembre, cuando Pere Puig, un albañil de 57 años, mató con un fusil de caza mayor en un bar al constructor Joan Tubert y a su hijo Àngel Tubert, para los que trabajaba, y poco después disparó mortalmente contra los empleados de la Caja Mediterráneo (CAM) de Olot.

Uno de los abogados de la acusación particular, Carles Monguilod, ha considerado que el motivo de la deuda de la tarjeta de crédito no es suficiente, ya que se trataba de una deuda corriente y aún "tenía saldo disponible en esta tarjeta". Ojalá el 100% de los ciudadanos de este país tuvieran esas cargas económicas. España sería uno de los países con menos problemas para llegar a fin de mes", ha dicho Monguilod.

"No tenía ningún crédito pendiente mas allá de la tarjeta, ningún reclamo, ningún conflicto, entró y mató. No es verdad que hubiese una situación económica apurada, es falso, se lo ha inventado alguien", ha declarado. El abogado de la familia de Joan y Àngel Tubert se ha mostrado además molesto con la estrategia de la abogada defensora de Puig, ya que considera que se está "victimizando al asesino y criminalizando a las víctimas".

Monguilod se refería así a las declaraciones de la abogada defensora de Pere Puig, que ayer afirmó, en su opinión sin pruebas, que Joan Tubert había requerido al asesino para que firmara su despido. Carles Monguilod ha declarado a la entrada del Juzgado de Olot que no se puede acusar de un delito de coacción a los dos fallecidos ni asegurar que le dieron a firmar a Puig papeles en blanco sin aportar pruebas al respecto.

"Estas acusaciones son totalmente falsas", ha asegurado el letrado, que ha pedido además que "se deje la memoria de los Tubert en paz". Durante la jornada de este jueves declaran ocho testigos de los asesinatos de Olot, entre ellos el director de la CAM, Antonio Fierro Solano, y la clienta de la entidad María Antonieta Graboleda Matamana, a la que Puig amenazó de muerte si no se iba de la oficina.

La ronda de declaraciones de los testigos se abrió este miércoles con las de los testimonios de los crímenes de Joan y Àngel Tubert en el bar La Cuina de l'Anna y continuará mañana con la de los familiares de las víctimas, además de Mossos d'Esquadra que participaron en las primeras investigaciones y los agentes de la Policía Local que detuvieron a Pere Puig cuando éste se entregó voluntariamente a ellos.