Jane Austen: la sutil ironía de una pluma intemporal

  • La obra de la británica sigue inspirando a escritores.
  • Tras los zombis, una escritura convierte Mansfiel Park en un policíaco.
Retrato de Jane Austen dibujado por su hermana Cassandra.
Retrato de Jane Austen dibujado por su hermana Cassandra.
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Retrato de Jane Austen dibujado por su hermana Cassandra.

No fue una mujer adelantada a su tiempo. No fue rebelde ni transgresora. No vio mundo;  adoraba su campiña natal y nunca se alejó de ella más allá de 150 kilómetros. Tampoco fue bella ni rica. Fue, en cambio, una auténtica maestra en el arte de esgrimir las palabras  y tocar de muerte con su ironía despiadada el entorno social que le tocó vivir.

Poseyó, además, una perversa habilidad para dotar a su bella y perfecta prosa de una civilizada apariencia, escondiendo bajo su superficie un espíritu que atentaba contra los convencionalismos, quizá embebido de la (esta vez sí) revolucionaria Mary Wollstonecraft, madre de Mary Shelley y gran luchadora por los derechos de la mujer. Su virtud es doble si además tenemos en cuenta que, al contrario que su coetánea Shelley, nunca se movió en círculo literario alguno ni contó con una educación académica. Sin duda, éstos son los atributos que, casi doscientos años después de su prematura muerte, sus obras sigan atrapando a tantos lectores en la actualidad.

De igual forma, en los últimos años proliferan toda clase de versiones de sus obras. "Ningún otro novelista inglés ha inspirado más secuelas, precuelas e imitaciones que ella", afirma Lynn Shepherd, autora de Crimen en Mansfield Park (Booket), la más reciente de estas vueltas de tuerca, recién llegada a las librerías. "Creo que Jane Austen estaría inmensamente satisfecha de que sus novelas se sigan leyendo después de tanto tiempo. También creo que estaría encantada de que escritores como yo encuentren inspiración para sus propio trabajo en sus libros", explica.

La idea de convertir Mansfield Park en una novela de misterio surgió cuando se dio cuenta de que ésta tenía los ingredientes de una novela de Agatha Christie: un grupo de aristócratas en una apartada casa de campo, pasiones y resentimientos contenidos y una cadena de acontecimientos provocados por la llegada de un carismático forastero. "Vi cuán fácilmente podría tornarse la historia en algo más oscuro", explica la escritora, que puso un "formidable esfuerzo" en ‘re-crear’ el famoso estilo literario de Austen.

En casa del herrero...

Su obra, injustamente relegada durante mucho tiempo a la novela romántica, constituye un  perfecto retrato de su bucólica vida en la rectoría de Steventon (Hampshire, Inglaterra), donde nació en 1775. Allí leyó apasionadamente los volúmenes de la biblioteca que su padre, pastor anglicano, poseía por ejercer también de maestro. Y también comenzó a escribir las primeras líneas de sus relatos, con la intención de divertir a su familia.

Precisamente este año se cumple el segundo centenario de la publicación de su primera novela, Sentido y Sensibilidad. Apareció en 1811 con una firma anónima, By a Lady. Y es que, a pesar del gran éxito de sus novelas, su nombre nunca apareció en ellas. Sólo contó con ocho años más de vida para ver publicados títulos tan emblemáticos como Emma y Orgullo y prejuicio, su preferida. Otros, como La abadía de Northanger y Persuasión, fueron póstumos. Este último, escrito en los últimos tiempos de su vida, refleja ya el sinsabor de unos anhelos nunca realizados: el de su amor de juventud por Thomas Lefroy, impedido por causas económicas, y el de un pretendiente anónimo en su madurez, que murió. Nunca tuvo el matrimonio idílico de sus protagonistas.

Sólo existe un retrato  de ella pintado en vida (imagen superior), atribuido a su hermana mayor Cassandra, la misma que echó al fuego su correspondencia cuando murió de forma prematura a los 41 años en 1817. Afortunadamente, sus misivas eran numerosas y sobrevivió un buen número de ellas, que, junto al testimonio de quienes la conocieron, han reconstruido como un puzzle su efímero, pero fructífero, paso por el mundo.

No pases de...

Una peli...
Sentido y sensibilidad

Debemos al polivalente taiwanés Ang Lee una de las mejores adaptaciones al cine de las obras de Jane Austen. Su reparto, de lujo: Alan Rickman, Emma Thompson, Hugh Grant, Hugh Laurie y una Kate Winslet en los albores de su carrera.

1995, Sony Pictures. Edición especial: 9,95 euros

Un disco...
BSO: Orgullo y prejuicio

Si bien el filme protagonizado por Keira Knightley no fue la mejor adaptación del clásico, el delicioso piano del compositor nacido en Pisa Dario Marianello para la banda sonora  mereció una nominación al Oscar. Todo un viaje emocional al universo de Jane Austen. Especialmente recomendado para fans de Michael Nyman.

2006, Universal.12,95 euros.

Un libro...
Crimen en Mansfield Park

Lynn Sheperd hace pasar a los protagonistas, escenarios y tramas del clásico de Austen  Mansfield Park por un filtro de plena actualidad: la novela negra. Una versión cercana a CSI que convierte a la tímida e insípida Fanny Price en una mujer atrevida, insolente y muerta.

2011, Booket. 12,95 euros.

Otras versiones monstruosas

Al margen de sus múltiples adaptaciones en cine, teatro y televisión, las obras de Austen han sufrido transformaciones inauditas. Las más frikis: Orgullo y prejuicio y zombies y Sentido y sensibilidad y monstruos marinos, que amenazan con saltar al cine y la televisión. En la gran pantalla cabe recordar la versión made in Bollywood (Bodas y prejuicios) y los guiños de El diario de Bridget Jones cuyo galán, Darcey, es interpretado por Colin Firth, que también encarnó al Sr. Darcey en la versión de Orgullo y prejuicio de la BBC.

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