La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado a cuatro años y medio de cárcel a un hombre reincidente acusado de distribuir heroína y metadona en Santander.

Según explica la sentencia, conocida este martes, al menos durante el mes de octubre de 2009 el acusado, D.H.L., se dedicaba a la venta de drogas a diversos consumidores en las inmediaciones de su domicilio en la calle Asilo de Santander.

Al comprobarse varias entregas, agentes del Cuerpo Nacional de Policía entraron con autorización judicial en su domicilio, donde intervinieron 14,80 gramos de heroína con una pureza del 56,4% y cinco frascos con 92,83 gramos de metadona.

Asimismo, en su casa había una bolsa de plástico con recortes circulares, tres teléfonos, dos memorias, un ordenador portátil, un cable de datos, dos cargadores y documentación.

Además, en el momento de la detención se le hizo un cacheo personal en el que se le encontraron cuatro papelinas de heroína con un peso de 1,13 gramos y una pureza del 55,2%.

En total, el valor de la droga intervenida ascendía a 991,32 euros para la heroína y 30 euros en el caso de la metadona.

El fiscal pedía una condena de siete años de prisión y una multa de 2.500 euros para el procesado, al que finalmente la Audiencia condena a cuatro años y medio de cárcel y multa de 1.456 euros por un delito de tráfico de drogas con la agravante de reincidencia y la atenuante de drogadicción.

La defensa del acusado intentó en el juicio invalidar el auto judicial por el que se iniciaron las diligencias previas, ya que faltaba la firma del juez.

Sin embargo, la Audiencia resta importancia a ese extremo porque, según dice, era un "mero error subsanable" y, además, el auto que realmente podría afectar a los derechos de procesado es el de registro de su vivienda, y en ése sí figuraba la firma del juez y del secretario.

La defensa también pedía que se anulara el registro porque, a su juicio, el auto no estaba suficiente motivado. Pero este argumento tampoco es aceptado por la Audiencia que, en su sentencia, recalca que el auto recoge "verdaderos indicios de actividad delictiva" y explicaba cómo las investigaciones policiales habían detectado movimientos que apuntaban a posibles actividades de tráfico de drogas.

En cuanto al fondo del asunto, la Sección Primera considera que los indicios permiten concluir que el acusado se dedicó, al menos durante el mes de octubre de 2009, a la venta de drogas. Así, alude por ejemplo al testimonio de los policías que hicieron los seguimientos y también al de un testigo, consumidor de heroína, que declaró que cuando no tenía se la pedía al acusado y éste se la suministraba.