La candidata socialista a la Alcaldía de Málaga ha apostado por rediseñar la movilidad de la ciudad para poder ir "de punta a punta a pie y en bicicleta", dando así un "impulso" al carril bici y en favor del transporte público.

Gámez se ha reunido con representantes de colectivos vecinales, ONG, ecologistas, inmigrantes y expertos en transporte público para debatir y reflexionar sobre los problemas de movilidad existentes en la ciudad.

Así, ha manifestado que hay que hacer "una Málaga más habitable, para que el transporte público sea algo mejor que atraparnos en un tráfico que condiciona gran parte de las decisiones cotidianas, como puede ser la hora salir de casa, el ocio o el hecho de ir a trabajar".

"En estos años, Málaga ha seguido un modelo desarrollista, basado en más ocupación de suelo y más infraestructuras destinada a favorecer el uso de automóvil", ha subrayado la candidata socialista, quien ha insistido en que se trata "de la ciudad española en la que más se utiliza el vehículo privado de las poblaciones con similares características".

Gámez ha apoyado la "racionalización de los recursos existentes": "prefiero invertir en esta materia que malgastar 38 millones de euros en un edificio para Urbanismo destinado a oficinas".

Política de carriles bici

"En otras muchas ciudades ya se ha producido el cambio necesario en materia de movilidad que ha beneficiado a todo el mundo y que ha aumentado la calidad de vida de sus ciudadanos", ha precisado, y a resaltado que su modelo de ciudad "está a favor del transporte público, porque además de ser más limpio y sostenible es más igualitario".

Asimismo, la candidata socialista ha señalado que uno de los ejes en materia de movilidad de su programa pasa por hacer "una buena política de carriles bici". "Ahora la mayoría son inconexos, invaden tanto el espacio del peatón como el del vehículo y su construcción está acabando con los espacios destinados a estacionar", ha sentenciado.

Los asistentes a la reunión celebrada este lunes han subrayado la necesidad de fomentar "la discriminación negativa del coche en la ciudad" y la optimización de los recursos existentes. Igualmente, se apostó por que el Ayuntamiento "construya aparcamientos disuasorios, incluyendo la posibilidad de la intermodalidad, tal y como se aplica en otras ciudades", así como por la segregación del tráfico, creando calles exclusivas para el uso del transporte público.

Además, los participantes reclamaron una reorganización de las líneas de autobuses, haciendo especial hincapié en la modificación de las cabeceras, lo que reduciría el tráfico en la Alameda Principal, y una mayor cobertura en las nuevas zonas de expansión de la ciudad.