El futbolista de 15 años fallecido este domingo en Alquerías del Niño Perdido (Castellón), se había sometido en agosto a la revisiones obligatorias para un jugador de su categoría y las había superado con éxito. Así lo ha indicado este lunes en rueda de prensa, Rafael Gargallo, presidente del Alqueries C.F., club en el que militaba el joven. Gargallo ha comparecido notablemente consternado ante los medios de comunicación, flanqueado por la alcaldesa de la localidad y por el concejal de Deportes.

Según ha manifestado el presidente del Club, el joven jugador, Kevin, no había presentado ningún síntoma previo y, de hecho, "ni tan siquiera era propenso a las lesiones". Gargallo no se explica lo ocurrido y ha recordado que el joven poseía una complexión privilegiada para la práctica del fútbol en su categoría, Cadete - Preferente. "Era todo un tiarrón. Medía un metro ochenta", ha añadido.

Por su parte, la primera edil de Alquerías, Consuelo Sanz, ha lamentado los hechos y ha transmitido el pésame a la familia en nombre de toda la población. Sanz ha puesto a su disposición "la ayuda psicológica que necesiten".

Preguntada sobre la atención que el jugador recibió sobre el césped justo después de caer fulminado, Sanz ha reconocido que las instalaciones carecen de desfibriladores aunque, ha matizado, "cuentan con los medios necesarios" para las disciplinas que allí se practican. "No somos un campo de Primera o Segunda División" donde estos aparatos son obligatorios, ha aclarado. "Se siguió el protocolo habitual, se llamó al 112", ha dicho.

El ayuntamiento de Alquerías del Niño Perdido ha decretado tres días de luto oficial y las banderas ondean a media asta. La autopsia, que se ha efectuado este lunes en Castellón, y su resultado, que se conocerá en las próximas horas, determinará las causas de la muerte del muchacho. El funeral se celebrará en la Arciprestal de Vila - Real, de donde era natural el fallecido, a las 16.00 horas.