Según relata el Ministerio Público en su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, el procesado, J.L.T., inició en diciembre de 2008 una relación sentimental con D.B.S., con relaciones sexuales "esporádicas" hasta que a finales de marzo de 2009 se inició la convivencia entre ellos, estableciendo una relación estable de pareja y fijando su residencia en Morón de la Frontera.

Así, y según añade el fiscal, a finales del mes de marzo de 2009 el imputado, tras una discusión con la víctima que se inició en presencia del hijo de nueve años de la mujer, el procesado la golpeó supuestamente en el rostro con los puños, provocando el sangrado en la nariz y la boca. Tras estos hechos, el encartado le manifestó a la víctima, "con ánimo de amedrentarla", la frase 'no te resbales que a ver si te va a pasar como a la otra', en "clara referencia" a su anterior pareja y por cuyo homicidio había sido condenado previamente.

Al hilo, el fiscal agrega que, posteriormente y encontrándose ambos en el domicilio, el acusado pidió a su pareja, D.B.S., que subiera al dormitorio y, una vez allí, ésta se sentó en la cama y le dijo que se encontraba casada, ante lo cual el imputado "la golpeó violentamente con el puño en la nariz, que comenzó a sangrar abundantemente al tiempo que la abofeteaba y empujaba contra la cama colocándose encima de ella y penetrándola vaginalmente".

El Ministerio Público explica que, según el informe emitido por el Instituto Nacional de Toxicología, se encontraron en los espermatozoides de las tomas vaginales el perfil genético de ésta y del procesado. De su lado, el informe de Valoración Integral de Violencia de Género concluye que tanto la víctima como el agresor "presentan capacidad suficiente para conocer el alcance de sus actos, y que no se aprecia una situación de maltrato habitual aunque hayan existido agresiones físicas puntuales".

Por estos hechos, el fiscal pide para el acusado 12 años de prisión por un delito de violación; un año y seis meses por un delito de amenazas graves, y un año de cárcel por un delito de maltrato en el ámbito familiar, así como la prohibición de acercarse a la víctima a menos de 500 metros por un periodo de 16 años.