Casi 1.400 filipinos siguen desaparecidos tras el alud del viernes

La búsqueda se centra en la localización de la escuela del municipio, donde había 253 personas entre niños y profesores.
Fosa común. Un sacerdote reza ante 30 víctimas sin identificar en el cementerio de San Bernardo.
Fosa común. Un sacerdote reza ante 30 víctimas sin identificar en el cementerio de San Bernardo.
R.D.P./Efe
Fosa común. Un sacerdote reza ante 30 víctimas sin identificar en el cementerio de San Bernardo.
Los equipos de rescate del ejército filipino, ayudados por marines estadounidenses y dotaciones de otros países, continuaban ayer la búsqueda de las casi 1.400 personas desaparecidas tras el alud de barro que el viernes sepultó parte del municipio filipino de San Bernardo, en la isla de Leyte, a unos 650 kilómetros al sureste de la capital, Manila.

Casi tres días después de la tragedia, provocada por el derrumbe de la ladera del monte Can-abag debido a las fuertes lluvias de las últimas semanas, continuaban desaparecidas 1.387 personas. En la barriada de Guinsaugon, perteneciente a San Bernardo, había censadas 1.894 personas, de las que 410 han sobrevidido, 69 han muerto y 18 se encuentran heridas.

Mensajes desde móviles

Las operaciones de rescate están centradas en la localización de la escuela, donde en el momento del desprendimiento había 253 personas entre alumnos y profesores. Varios de los atrapados consiguieron enviar mensajes de texto desde sus móviles después del suceso, por lo que los equipos de rescate mantienen la esperanza de encontrar supervivientes.

También se trata de localizar a un numeroso grupo de personas que mantenían una reunión en el centro municipal de Guinsaugon cuando se produjo el desastre, que afectó a una superficie de 40 hectáreas, con algunas zonas enterradas bajo 10 metros de barro.

Las lluvias torrenciales y el estado del terreno, que en algunos lugares ha sido descrito como arenas movedizas, son los principales obstáculos en las labores de ayuda.

Otro deslizamiento en Mindanao

Un nuevo alud, esta vez en Mindanao, reactivó ayer la alarma en Filipinas. El suceso ocurrió a 550 kilómetros al sureste de San Bernardo, en el poblado de Baog (Zamboanga del Sur), después de tres días de intensas lluvias. Este deslizamiento de tierra ha sepultado completamente dos viviendas en cuyo interior había unas diez personas. Según los informes preliminares, lo más probable es que todas ellas hayan muerto. «No hay señales de vida», explicó uno de los responsables de las tareas de rescate en la zona.

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