Los dragones de 'Juego de tronos', explicados científicamente

Lector o lectora, ¿sabes quién es Neil DeGrasse Tyson? Si la respuesta es "si", probablemente te parecerá una de las personas más guays sobre la Tierra. Notable astrofísico, Tyson es también un reconocido y entrañable divulgador, habiendo presentado la nueva etapa de la serie Cosmos. Y, además, es un seguidor de la cultura pop lo bastante entregado como para dedicar una larga serie de tuits a analizar científicamente los dragones de Juego de tronos.

Tyson empieza su repaso propinándole una colleja a una de las escenas más comentadas de la sexta temporada: "Mala física en Juego de tronos. ¿Sacar un dragón de un lago? Las cadenas tendrían que estar rectas, y no curvándose sobre la colina y la ladera". 

Ahora bien: sobre los dragones en sí, el sabio tiene pocos reparos: "Buena biofísica en Juego de tronos: la envergadura de las alas del dragón es lo bastante larga en relación a su peso corporal como para permitir el vuelo". 

Y siguen los elogios: "Buena biología en Juego de tronos: al igual que en El señor de los anillos, los dragones renunciaron a sus extremidades anteriores para convertirlas en alas, como los pájaros y los murciélagos". 

Y, finalmente, Tyson tiene una observación sobre el mayor golpe de efecto de la temporada: "Intrigante termofísica en Juego de tronos: el aliento de dragón azul sería al menos tres veces más caliente que el aliento rojo". 

Las opiniones de Neil DeGrasse Tyson son bastante clementes. En el pasado, el sabio ha analizado películas como Gravity y Guardianes de la galaxia Vol. 2, señalando (con mucho humor, eso sí) sus inexactitudes científicas. Claro que, como él mismo dice, sus objeciones se terminan en cuanto aparece un mapache parlante aficionado a las pistolas. Y, por lo que se ve, también un reptil gigante escupidor de fuego. Si Daenerys Targaryen busca un maestre para su corte, ya sabe a quién tiene que mandarle un cuervo...