UCE-A llama al "sosiego" en los primeros días para que la Ley Antitabaco no se plantee como "un campo de batalla"

Pide a las autoridades sanitarias que inspeccionen los métodos para dejar de fumar que "no ofrecen garantías" y abaraten costes
Una Joven Sostiene Un Cigarro
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EP
Una Joven Sostiene Un Cigarro

La Unión de Consumidores de Andalucía (UCE-A) ha realizado un llamamiento al "sosiego" a la población, dejando claro que la nueva Ley Antitabaco "no se puede platear como un campo de batalla", ya que se trata de una norma "necesaria, pertinente y que responde a ciudadano que tiene derecho a preservar su salud como cliente o como trabajador, pero también es necesario un importante nivel de comprensión en estos primeros días".

En declaraciones a Europa Press, el presidente de la organización, Juan Moreno, insiste en que la ley hay que cumplirla, pero "de manera sosegada y con nivel escaso de crispación". "Lo mejor es ir educando al consumidor y al empresarios para que se aperciba al fumador de que tiene que cumplir, pero no desde confrontación, que no es la actitud más precisa, sino todo lo contrario, desde las buenas formas y la educación", añade Moreno, que ve un buen modo de que el fumador comprenda la situación existente.

Moreno añade que "no significa que haya que ser permisivo, sino que este proceso requiere creación de conciencia y no tiene sentido una actitud beligerante, ya que es necesario un periodo de ajuste". Así, apunta a episodios anecdóticos como que un comprador de tabaco tenga que apagar el cigarro al entrar en un estanco.

En este marco, se muestra preocupado por la cantidad de métodos existentes para que los ciudadanos dejen de fumar, unas métodos que pueden no estar "testados". Apunta a los tres o cuatro millones de españoles, de los que 700.000 son andaluces, que se han planteado abandonar el trabajo, pero que ahora ven "un gran desconcierto en torno a la dispersión de métodos", como parches, tratamientos láser, homeopatía o fármacos.

"Las autoridades no han completado sus deberes, porque no han realizado una batería de ayudas para los que quieren dejar de fumar. Son métodos que pueden costar hasta 400 euros y que no están en ocasiones suficientemente testados y no ofrecen la totalidad de las garantías", explica.

Moreno pide a las autoridades sanitarias que estén "vigilantes" y realicen inspecciones en torno a estos tratamientos, "persiguiendo en fraude", y recuerda los cientos de métodos para dejar de fumar que proliferan en Internet.

Por último, advierte que el fumador que se dirige al médico de cabecera y le recetan un tratamiento, éste no tiene cobertura, lo que supone para la persona que quiere dejar el tabaco un "desembolso importante". "La sociedad debe hacer un esfuerzo por abaratar estos tratamientos, porque cualquiera de estas medidas permite ahorrar miles de millones a las autoridades sanitarias. Se ha hecho la ley, la prohibición, pero no la concienciación y el abaratamiento de métodos", sentencia.

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