El Sindicato Independiente de Empleados Públicos (SIEP), que se presentó como acusación particular, ha conseguido que el juez también legitime el uso de la fuerza del profesor.

Así, la resolución dice que el 25 de noviembre de 2004, el menor (que entonces tenía 14 años) mantenía un comportamiento «inadecuado», «alterando el ritmo normal de la clase». Fue entonces, cuando el profesor (que no quiere revelar su identidad y que ahora trabaja en otro centro escolar) decidió su expulsión, a lo cuál el menor se negó profiriendo insultos. El docente «agarró» al alumno por el brazo, según describe la sentencia, y lo obligó a salir, momento en el que el joven comenzó a golpearle en el pecho.

El juez ha considerado sobre estos hechos que el profesor puede ejercer «una medida contundente para mantener el orden y salvaguardar su autoridad». Además, señala que si el menor es expulsado y no se marcha, «la ley posibilita que se ejecute la orden por la fuerza».

Según el SIEP, este menor también protagonizó otra agresión a una profesora del mismo centro durante el curso anterior.

El 60% tiene problemas en clase

Según el último estudio del sindicato nacional de profesores, ANPE, dos de cada tres maestros (el 60%) tienen dificultades para realizar su labor docente, y dos de cada cinco se enfrentan con problemas de manera constante en las aulas. Hasta la semana pasada, el sindicato había recogido en todo el país  casi 10.000 denuncias de casos de violencia en las aulas. De ellas, 2.028 corresponden a docentes que no pueden llevar a cabo su tarea profesional con normalidad debido al clima de violencia que se respira dentro de las clases.