Las laderas blancas del valle de Tena

El Pirineo aragonés permite esquiar, montar en trineo tirado por perros y luego relajarse en una cálida sauna.
Uno de los remontes de la estación de esquí de Formigal.
Uno de los remontes de la estación de esquí de Formigal.
Aramón
Uno de los remontes de la estación de esquí de Formigal.

La mejor temporada de esquí en muchos años. Así se considera ya la actual campaña blanca en los Pirineos.

Se estima, por ejemplo, que, una vez que llegue la primavera, más de 1,5 millones de aficionados hayan pasado por las estaciones agrupadas dentro de la sociedad Aramón-Montañas de Aragón.

Uno de los centros de ocio blanco más atractivos de este consorcio es Formigal, que con sus 83 kilómetros de pistas ofrece un sinfín de posibilidades para los expertos esquiadores y para los debutantes; e, incluso, una pista de esquí nocturno para los más osados o una ruta en trineos tirados por perros.

Este año, como novedad, se han abierto 15 nuevos kilómetros de pistas y se ha inaugurado un snow-park. Además, se ha habilitado un abono de temporada conjunto para disfrutar también de los remontes de la cercana estación de Astún.

Formigal está ubicado en la zona occidental del Pirineo de Huesca (valle de Tena), en una consecución rocosa que encadena cuatro valles.

Esta orografía se cristaliza en unos paisajes –con grandes lagos incluidos– de simpar belleza. Su sola contemplación justifica una visita a esta comarca, en la que encontrarse en los sitios más insospechados ermitas y pequeñas iglesias románicas.

Comer y dormir

La gastronomía aragonesa ofrece platos tan suculentos como el ternasco o las migas con uvas, todo ello regado con vino de Somontano. Un buen sitio para el festín es Casa Patro, en Tramacastilla.

Para dormir: el hotel Formigal, con piscina climatizada, sauna y gimnasio para recuperarse tras un duro día.

OTRAS CITAS PARA EL FIN DE SEMANA:

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