Afortunadamente, voluntarios de la ONG de defensa animal El Refugio recogieron a Nena y la trataron adecuadamente, por lo que no se teme por su vida. Según informa Nacho Paunero, presidente de esta ONG, Nena es un cruce de caniche de color negro que pesa cuatro kilos y

Al parecer, hace un par de semanas varias vecinas de la urbanización se pusieron en contacto con El Refugio para informar del mal estado físico en que se encontraba el animal, con el lomo despellejado, y aseguraron que su dueña se negaba a atenderla.

La perra, que presentaba quemaduras en toda la zona dorsal probablemente causadas tras haber sido rociado con un producto inflamable o corrosivo, está siendo tratada en una clínica veterinaria, donde le han limpiado y retirado los tejidos necróticos de la zona dorsal y se le trata con antibióticos locales.

Un delito penal

La asociación de defensa de los animales destaca que tanto el abandono como el maltrato de un animal doméstico son presuntos delitos, tipificados en el código penal, por lo que presentarán sendas denuncias.

"Además de denunciar los hechos, pondremos todos los medios a nuestro alcance para sacar adelante a Nena y cuando esté recuperada, para encontrarle una familia que la quiera adoptar", declaró Nacho Paunero, quien recuerda en una nota que en el mes de abril del año pasado se recogieron dos perros tiroteados en la misma zona.

Por desgracia, casos como el de Nena no en absoluto algo excepcional. Las protectoras de animales están acostumbradas a encontrarse con malos tratos brutales a perros y a gatos.

Por ejemplo, en la página web de la Asociación Nacional de Amigos de los Animales (ANAA) tienen una sección entera llamada "historias para no dormir" con casos como el de Trapo, que casi muere degollado por un dueño que lo intentó ahorcar, o Nataku, al que abrasaron con líquido corrosivo.

En la Asociación GATA también tienen sus propias historias de maltrato.

El caso más tremendo que han recogido sea probablemente el de Lou, un perrito al que encontraron en una carretera con una soga al cuello con la que le habían atado a un coche y arrastrado por la carretera, por lo que estaba totalmente desollado además de famélico.

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