15 minutos con Sasha Grey

La ex estrella del porno rueda en Madrid 'Open Windows' con Nacho Vigalondo. Así fue el cuarto de hora que pasamos juntos. Por DANIEL DE PARTEARROYO / FOTOS: ADOLFO CALLEJO
15 minutos con Sasha Grey
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Hay cosas a las que es imposible decir que no. Por ejemplo, que te llamen para hacer una entrevista a Sasha Grey entra definitivamente en esa lista. La gran diva del cine porno del nuevo milenio (retirada de la industria desde abril de 2011), icono cultural hipster, música industrial (atención a Sounds That God Fear, el disco que ha sacado su grupo aTelecine este año) y musa vanguardista en general está en Madrid con motivo del rodaje de Open Windows, el tercer largometraje de Nacho Vigalondo, donde comparte cartel con Elijah Wood y Neil Maskell. Durante lo que tiene toda la pinta de haber sido una agotadora tarde de entrevistas, la actriz seguramente haya pulido y calibrado la ambigüedad de lo que puede contar acerca de su personaje en este misterioso thriller multipantalla y en tiempo real sobre internet y sus quiebros de identidad, que guarda bajo candado las pistas sobre su argumento. "Interpreto a Jill Goddard, una actriz de éxito con algo de chica mala que está en un período de transición en su vida. Por primera vez decide tomar el control de una situación y se encuentra ante algo mucho más grande de lo que imaginaba", contesta mientras devora lacónicamente (si eso es posible) un bol de palomitas de maíz.

Dentro de la generalidad de la respuesta, se da cuenta de que el apellido del personaje me llama la atención. Sabe que su interés por Godard es uno de los recursos más requetesobados mediáticamente para trazarle un perfil "más allá" de la pornografía, y aclara entre risas: "Sí, suena igual, pero es con dos 'd'. El tono de esta película está más relacionado con Blow-Up". El caso es que las dos primeras cosas que supe de Sasha Grey fueron que se inició en el porno pidiendo a Rocco Siffredi que le diera un puñetazo en el estómago mientras le hacía una felación y que en su lista de películas favoritas salían Godard (era inevitable acabar hablando de esto), Herzog y Cassavetes... Tres ejemplos extremos de un cine que resulta inseparable de la propia experiencia vital de hacerlo. ¿Comparte esa misma pasión? "Absolutamente. Mi objetivo con todo lo que hago es expresar cómo soy yo misma. Es la forma de hacerme oír. Ser escuchada es muy importante para mí, y el cine sirve para eso". ¿Incluso hoy en día? "Por supuesto. Pese a su funcionamiento como sistema, gracias a la tecnología disponible es muy fácil crear algo nuevo. Todas las décadas tienen su grupo de cineastas que surgen con nuevas ideas, y eso son desafíos hacia el sistema". ¿Y cómo entran Vigalondo y su Open Windows en ese esquema? "Después de ver Los cronocrímenes me enteré de que esta película estaba en preproducción. Me había gustado tanto que pedí una copia del guión, lo leí, me encantó la idea, tuvimos una reunión y aquí estamos".

15 minutos con Sasha Grey

Unos minutos antes habíamos sacado a Sasha del bar donde tiene lugar la entrevista para hacerle las fotos delante de una pared cualquiera de la calle del Pez, en cuyo peculiar ecosistema de cercanía acogedora infectada por una revista de tendencias la actriz se confundía tan bien que ningún transeúnte parecía reparar en ella o reconocerla. ¿Aprovecha los días que no tiene rodaje pasando desapercibida por Madrid? "En realidad, lo que más hago es encerrarme a escribir. Estoy trabajando en una novela erótica [The Juliette Society] que tiene que estar lista para marzo, así que voy pillada de tiempo". ¿Estarán para entonces ya agotados todos los juegos de palabras posibles con Cincuenta sombras de Grey? "Es curioso, porque en mi antigua web yo misma tenía una sección que se llamaba 'Shades of Grey', así que en su día mucha gente pensó que yo estaba relacionada con el libro... Ahora tengo la oportunidad de aprovecharme del fenómeno con mi propia novela, porque la gente quiere más". Y la última palomita del bol entra en una sonrisa. "Si un fenómeno como el de Cincuenta sombras de Grey provoca que haya más interés del mercado por explorar la sexualidad de manera honesta, me parece genial"

Con su par de centenares de títulos X, de los 18 a los 23 años Sasha Grey revolucionó la percepción de la industria cultural sobre la pornografía y, desde dentro, también la del propio medio sobre sí mismo. Por eso le digo que tengo gran interés en saber qué pasó con un supuesto diario documental que estaba montando con imágenes tomadas durante sus experiencias en aquellos rodajes (como las fotos que aparecen en su libro Neü Sex): "El material existe y ahí está, aunque sin editar. Tengo la idea general de lo que quiero hacer, pero no prisa por sacarlo". Al mencionarle Il n'y a pas de rapport sexuel —el documental que Raphaël Siboni montó con imágenes detrás de las cámaras del famoso director y actor porno francés Hervé P. Gustave—, ya sea por una cómica pronunciación francófona ("si me puedes apuntar el nombre antes de irte...") o una ligera brisa de aire acondicionado, por primera vez en toda la entrevista los ojos color café se redondean lejos del cansancio acumulado. "Me encantaría verlo, aunque mi aproximación está más relacionada con las Up Series [serie de docus británicos que llevan registrando a 14 personas desde 1964, cuando tenían siete años]". La referencia queda apuntada, así que supongo que la próxima vez que vea a HPG (estuvo en el Festival de Sevilla presentando Les mouvements du bassin, su último filme convencional) tendré que decirle que me debe una. O quizás sea al revés.

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