Estas palabras fueron, según un testigo, las que pronunció Francisco M. L. tras asesinar a su ex compañera (aunque él no aceptaba la ruptura) en marzo de 2004.El acusado reconoció el crimen pero dijo ayer en el juicio que sólo recordaba haber cogido un cuchillo, pero no cómo le asestó las once puñaladas por las que mató a su ex pareja, Ana López, con quien tenía dos hijos.
Según el fiscal, la víctima quedó con un amigo, con el que mantenía relaciones esporádicas; el ex compañero la siguió y, tras embestir el coche en el que viajaban, sacó una navaja de 27 centímetros de hoja y asestó a Ana López 11 puñadas, alcanzándole el corazón, el pulmón y el hígado. El fiscal pide 13 años de cárcel.
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