Mas apoyará a las empresas y no subirá los impuestos mientras Catalunya no salga de la crisis

  • Mas pide iniciar una transición catalana con un frente por el concierto.
  • El líder convergente se somete al pleno de investidura.
  • Se prevé que sea elegido presidente en segunda votación
  • El segundo pleno se celebrara el próximo jueves, 23 de diciembre.
Artur Mas, junto a Oriol Pujol.
Artur Mas, junto a Oriol Pujol.
EFE/ARCHIVO
Artur Mas, junto a Oriol Pujol.

El presidente de CiU y ganador de las elecciones catalanas, Artur Mas, ha enarbolado la bandera del "derecho a decidir" de Catalunya en su primer discurso de investidura como presidente de la Generalitat.

Desde la tribuna del Parlament, ha defendido este lunes el inicio de una segunda transición, una "transición nacional", articulada en el derecho a decidir. En esta línea, ha planteado que Catalunya actúe a nivel de políticas culturales como si fuera un Estado.

La defensa ferviente del concierto y su apuesta por el derecho a decidir dificultan que el PP pueda facilitar su investidura absteniéndose en la segunda vuelta, puesto que su líder, Alícia Sánchez-Camacho, le había exigido aparcar el discurso identitario. El PSC también ha rechazado la tesis de que Catalunya esté en una segunda transición. Cumpliendo con las previsiones, el autogobierno y la crisis han copado el discurso de Mas. Sobre el primer tema, ha certificado que, con el recorte del Estatut en el TC, España ha enterrado cualquier reconocimiento de su plurinacionalidad, por lo que los catalanes deben abrir otro camino.

Superar la crisis

Ya ha dado pistas sobre esta senda: asumir la gestión del Aeropuerto de El Prat y de los puertos de interés general (Barcelona y Tarragona), un nuevo modelo de financiación y reformar la Ley de Consultas aprobada por el tripartito, que establece que es el Gobierno central quien debe autorizar las consultas, obligación que establece la Constitución en su artículo 92.

En cuanto a la financiación, que según Mas es el "gran reto" de los próximos años, ha dicho que el nuevo modelo debe nacer con el máximo consenso cívico, socioeconómico y político. Para lograrlo, ya ha avanzado que tras las elecciones generales condicionará la gobernabilidad en Madrid a la consecución de este "pacto fiscal".

La crisis es la otra gran apuesta y debe superarse en colaboración con los agentes socioeconómicos. Su receta para dinamizar la economía catalana pasa por no subir impuestos y austeridad en el gasto, reduciendo hasta un 25% el gasto en informes, campañas y protocolo. Otras propuestas para contener el gasto son no cubrir las vacantes por jubilación de funcionarios excepto en servicios básicos, suprimir el impuesto de Sucesiones, hacer un gobierno "Business friendly", y políticas activas de empleo para reducir el paro a la mitad.

También ha sugerido la gestión privada de los servicios sanitarios y ha hecho un guiño a los centros escolares concertados al incluirlos su discurso, lo que ha irritado a ICV-EUiA, quien ha señalado el fuerte talante "liberal" que emerge del discurso de Mas.

Apela a Kennedy y Camacho

En su dicurso, ha apelado a una célebre frase del que ex presidente de los Estados Unidos John Fitzgerald Kennedy: "No es momento de mirar qué hace nuestro vecino para el país, sino de mirar qué podemos hacer cada uno de nosotros por Catalunya". Asimismo, evocando un verso del poeta Antonio Machado, ha afirmado que llega "a esta etapa de la vida ligero de equipaje, pero a la vez cargado de ilusión para poder hacer, durante un tiempo limitado, un buen servicio a Catalunya".

Ha recalcado que quiere alcanzar grandes acuerdos con el resto de partidos, y que en su forma de gobernar no habrá espacio para el "espíritu de venganza" hacia PSC, ERC e ICV-EUiA, que en 2003 y 2006 le dejaron en la oposición pese a haber ganado las elecciones.

La mirada está puesta en la segunda parte del debate de investidura, que arrancaría el jueves 23 de diciembre, a las 10:00 horas, con una nueva intervención de Mas -que ha prometido no extenderse más de 20 minutos-, seguida del posicionamiento de los demás grupos. Antes de marcharse a comer, los diputados afrontarán la segunda y más decisiva votación, en la que bastará la mayoría simple -más votos a favor que en contra- para que Mas sea investido.

Mas necesita que o bien el PSC, o bien el PP, o a poder ser ambos e incluso algún grupo más, como ERC, se abstengan, para que los 62 votos de CiU sean suficientes para convertirle en el nuevo presidente de la Generalitat.

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