Londres de película

  • La capital británica es un importante centro de producción cinematográfica.
  • Jack “el destripador” y Sherlock Holmes son personajes londinenses.
  • Géneros actuales son la comedia romántica, el cine social y el futurista.
El Parlamento británico y el Big Ben.
El Parlamento británico y el Big Ben.
Ana Vega
El Parlamento británico y el Big Ben.

Escenario de clásicos como Chantaje (1929) de Hitchcock, Mary Poppins (1964), My fair lady (1964), La naranja mecánica (1971) o El hombre elefante (1980), Londres puede presumir de ser y haber sido uno de los centros de producción cinematográfica más importantes de Europa. La singular estética de la urbe y su enorme actividad cultural han influido en el desarrollo de esta industria, que además ha contado con algunos guiños institucionales. La antigua estación de metro de Aldwych, por ejemplo, está cerrada a los viajeros pero disponible para fotógrafos y cineastas.

Clásicos londinenses

Las historias de Charles Dickens, de Jack “el destripador” o de Sherlock Holmes encuentran su escenario natural en algunas calles de Londres que aún hoy conservan la estética victoriana. La última entrega del detective, dirigida por Guy Ritchie en 2009, no fue grabada íntegramente en la capital, pero muestra imágenes de la catedral de St. Paul, Houses of Parliament, Old Royal Naval College en Greenwich y Tower Bridge.

Londres también ha ofrecido escenario a numerosas producciones que recrean épocas aún más antiguas. Una localización recurrente son los alrededores del Globe Theatre, donde han sido rodadas desde el Enrique V (1944) de Laurence Olivier, hasta Shakespeare in love (1998). Otros títulos “de época” grabados en la ciudad son La princesa Caraboo (1994) o Sentido y sensibilidad (1995).

Metrópoli de historias actuales

Muchas producciones con temática contemporánea llevan también la ciudad en sus créditos, como Snatch (2000), Billy Elliot (2000), Quiero ser como Beckham (2002) o Match Point (2005).  Pero no se puede hablar de Londres y cine actual sin referirse a Hugh Grant y sus comedias románticas. Algunos barrios residenciales de la capital británica han sido escenario de sus mayores éxitos: Cuatro bodas y un funeral (1994), Nothing Hill (1999), El diario de Bridget Jones (2001) o Love Actually (2003). En el otro extremo está el cine social, con producciones como London kills me (1991) o It’s a free world… (2007), esta última de Ken Loach, que muestran la cara menos amable de la ciudad.

28 días después (2002), V de Vendetta (2005) e Hijos de los hombres (2006) auguran posibles acontecimientos en un Londres futurista. En esta última aparecen, entre otras localizaciones, la galería Tate Britain y el centro Battersea Power Station de South Bank. Pero la ficción no acaba ahí. Sólo por nombrar dos ejemplos, en la taquillera saga de Harry Potter aparecen el Zoo de Londres, la estación de King’s Cross o el mercado de Leadenhall, y en El retorno de la Momia (2001) salen Tower Bridge y el British Museum.

Para estar al día de todo lo relacionado con el cine en Londres se puede consultar la web Film London.

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