Carriles bici a ninguna parte, con obstáculos y cruces peligrosos

  • Las vías para bicicletas de la capital son "chapuceras": la mayoría van por la acera.
  • Peatones y ciclistas se estorban | Hay tramos aislados y les falta mantenimiento.
  • La nueva calle Serrano, el ejemplo: obstáculos como cubos de basura y vallas.
Una valla corta el paso a los ciclistas que circulan por el Anillo verde a la altura del estadio olímpico.
Una valla corta el paso a los ciclistas que circulan por el Anillo verde a la altura del estadio olímpico.
JORGE PARÍS
Una valla corta el paso a los ciclistas que circulan por el Anillo verde a la altura del estadio olímpico.

Ayuntamiento de Madrid se jacta de haber extendido la red de carriles-bici por toda la capital, con casi 300 km de vías para ciclistas. Sin embargo, al alcalde se le podría aplicar el refrán que dice: "Quien mucho abarca, poco aprieta".

Ls usuarios habituales de bicicletas (unos 20.000 madrileños la utilizan a diario para ir a trabajar o estudiar, según Movilidad) califican los carriles de "auténtica chapuza, minúsculos, llenos de obstáculos y supeditados a los coches", según Iñaki Díaz, portavoz de Pedalibre. De hecho, al dar un repaso a la red ciclista es fácil encontrar decenas de puntos negros.

Carreras de obstáculos: Los ciclistas deben esquivar todo tipo de estorbos: a pocos centímetros del carril, o incluso en medio de alguno de ellos, se colocan cubos de basura, alcorques con árboles, farolas y bolardos. Incluso, algunas vías están cortadas por marquesinas, como en General Ricardos (Carabanchel) o Marqués de Corbera (Ciudad Lineal).

Sólo por la acera: La ordenanza de movilidad indica que las bicis son un vehículo más y, por tanto, deben circular por la calzada. Pero la mayoría de carriles se han construido en las aceras, lo que provoca conflictos entre ciclistas y peatones que invaden sus vías. Gallardón "quita espacio al peatón porque no se atreve a quitárselo a los coches", según Díaz. El Consistorio defiende que "hay zonas donde es imposible hacerlos por la calzada".

Cruces peligrosos: Las vías ciclistas atraviesan avenidas con mucho tráfico y los semáforos dejan poco tiempo para que crucen los ciclistas. Eso ocurre en el carril de O’Donnell, en Sierra Carrantona (Moratalaz) y en cualquiera de los cruces del Anillo Verde. Una vez más, "se supedita la bicicleta al tráfico rodado".

Sucios y deteriorados: Los nuevos carriles están impolutos, pero los que llevan años construidos se conservan a duras penas. El Anillo Verde junto a la Caja Mágica está siempre lleno de basura y pasa frente a un poblado de chabolas, junto a Puerta de Hierro está invadido por la maleza y en el sur hay baches y desconchones. Su conservación es responsabilidad de cada distrito.

El Anillo está incompleto: Al llegar a La Peineta se corta por las obras paralizadas de la Villa Olímpica y hay que callejear para llegar al otro extremo. Desniveles sin visibilidad. En el carril de la Dehesa de la Villa a la Casa de Campo hay un cambio de rasante en plena curva. La visibilidad es nula, con peligro de choque si viene otro ciclista de frente.

Tramos a ninguna parte: De momento, los carriles construidos no conectan entre sí. Se cortan de repente después de pequeños tramos, como en Serrano o en el parque de Breogán. La Concejalía de Obras alega que "todo forma parte de una malla que conectará el centro y la periferia en unos años".

El "despropósito" de Serrano. Allí se reúnen todos los males de los carriles-bici: es estrecho, de un único sentido, lo invaden motos y cubos de basura, tiene vallas de obra y los peatones pasean sobre él.

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