Una investigadora de la UCA mide los flujos de dióxido de carbono en las costas de Cádiz

El océano, en la costa gaditana, es fuente de dióxido de carbono en verano y sumidero del mismo el resto del año, una información que, sumada a otras mediciones costeras, será de utilidad en la medición de los efectos del calentamiento global, según las conclusiones obtenidas en la tesis doctoral de la investigadora Mariana Ribas, de la Universidad de Cádiz (UCA).

El océano, en la costa gaditana, es fuente de dióxido de carbono en verano y sumidero del mismo el resto del año, una información que, sumada a otras mediciones costeras, será de utilidad en la medición de los efectos del calentamiento global, según las conclusiones obtenidas en la tesis doctoral de la investigadora Mariana Ribas, de la Universidad de Cádiz (UCA).

El trabajo de esta especialista en el ciclo del carbono forma parte del proyecto Emigas, un proyecto nacional del Ministerio de Innovación y Ciencia sobre emisiones de gases, según una de Andalucía Investiga.

"La idea es conocer los cambios estacionales de dióxido de carbono que se producen en las zonas costeras para poder conocer su variación de con respecto al aire, ya que se conoce mucho de las zonas oceánicas, donde las condiciones varían muy poco, pero no tanto de cómo funciona en las costas, áreas de estudio muy variables y con muchas influencias", explica Ribas.

En términos generales, ha obtenido la conclusión de que "en verano la solubilidad disminuye, el agua está muy caliente y por eso la zona costera estudiada se convierte en fuente de dióxido de carbono, mientras que en invierno, la temperatura del agua disminuye, la solubilidad aumenta y el mar actúa como sumidero de dióxido de carbono".

Como ella, muchos otros investigadores están realizando mediciones en diferentes puntos costeros que se incluirán en la base de datos internacional Carbon Dioxide Information Analysis Center (Global Coastal Program Data) con la que se pretende aumentar la información sobre el comportamiento de dióxido de carbono y los sistemas de control del mismo.

Para realizar este trabajo de Oceanografía Química de la Universidad de Cádiz donde trabaja la doctora Ribas se han separado la zona de estudio en cuatro partes. Dos más cerca de la costa —el estuario del Guadalquivir y la bahía de Cádiz— denominados ecosistemas internos, que se caracterizan por tener más influencia humana; y otras dos zonas más lejanas a la costa, una más profunda y otra más somera, denominadas de plataforma continental.

El paso siguiente del estudio sería analizar el comportamiento del dióxido de carbono no sólo en la superficie de la zona, si no en toda la columna de agua, en vertical. "Estamos midiendo la influencia del río Guadalquivir en la alcalinidad y el pH", ha subrayado.

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