El conflicto de las paradas de ocellaires de la Rambla vive otro episodio, que podría ser el definitivo, después de varios procesos de remodelación que, ahora, culminarán con su desaparición. El Ajuntament anunció este martes que abre un proceso de negociación para cerrar definitivamente las antiguas pajarerías de la Rambla e indemnizar a los propietarios, quienes, sin embargo, no descartan llevar el caso a los tribunales.

Según el consistorio, el objetivo principal es reordenar esta vía y convertirla en un paseo más amable para los ciudadanos. Y estas paradas no cumplen con los estándares de "calidad", según el Ajuntament, quien asegura que "la decisión se ha adoptado después de que algunos propietarios incumplieran el convenio de reconversión de las paradas". Por su parte, los afectados se sienten "estafados" por el consistorio.

El cierre de las 11 paradas afectadas se hará de forma gradual y las negociaciones se podrían alargar hasta enero. A los seis propietarios que ya habían hecho la reconversión se les podría indemnizar con 40.000 euros. La regidora de Ciutat Vella, Assumpta Escarp, aseguró la continuidad de "los elementos típicos de la Rambla", como los quioscos de los floristas, pero, respecto a los antiguos pajareros, remarcó que hace falta reordenar la vía y convertirla en un espacio más amable, "donde nada impida pasear". Escarp explicó que hay que evitar "la barrera visual que supone la existencia de las actuales paradas entre los laterales de la vía y el tramo central".

Un barco a la deriva

Los ocellaires están "decepcionados" y "enfadados" por esta nueva decisión del Ajuntament, que, según ellos, denota que "Barcelona es un barco que no sabe hacia dónde va" y que el equipo de gobierno "no sabe llevar el timón". Por su parte, Escarp aseguró que buscarán cerrar los acuerdos de indemnización y cierre de las paradas a partir del diálogo para encontrar "la mejor solución para todo el mundo".

Según el Ajuntament, el cierre de las paradas llega después de que el propietario de las cinco concesiones de venta de animales renunciara y que algunas paradas no ofrecieran productos artesanales, como estaba marcado en el último convenio. Ajuntament y vendedores pactaron un proceso de reconversión para que las paradas se adaptaran a la normativa de protección de animales. Así, de los 11 establecimientos de venta de animales, seis pasarían a vender productos artesanales y los otros cinco se reconvertirían en un único espacio de venta de animales.