Trabajadores de Clesa se informan con sindicatos para negociaciones ante el cierre de la factoría

Los trabajadores de la factoría sevillana de Clesa SA se han mostrado este sábado "con una mala sensación" después de que la empresa, propiedad del grupo Nueva Rumasa, anunciara este viernes que va finaliza de forma anticipada el contrato de alquiler con Capsa, así como han comenzado a informarse con sindicatos "para negociar el posible Expediente de Regulación Temporal del Empleo (ERTE)" que pudiera plantear la factoría durante los próximos seis meses.

Los trabajadores de la factoría sevillana de Clesa SA se han mostrado este sábado "con una mala sensación" después de que la empresa, propiedad del grupo Nueva Rumasa, anunciara este viernes que va finaliza de forma anticipada el contrato de alquiler con Capsa, así como han comenzado a informarse con sindicatos "para negociar el posible Expediente de Regulación Temporal del Empleo (ERTE)" que pudiera plantear la factoría durante los próximos seis meses.

En declaraciones a Europa Press, el presidente del Comité de Empresa, Antonio Escudero, ha explicado que los trabajadores "se podían esperar esta situación" por la circunstancia en la que se encontraba la empresa en los últimos meses, si bien ha asumido que "en principio no podemos hacer nada".

Así, ha recordado el proceso de ERE que soportó en 2008 la Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa), que propició que Clesa alquilara la factoría en noviembre por cuatro años, periodo tras el que el grupo tendría opción de compra, si bien, fuentes de Clesa explicaron a Europa Press que debido a la situación del mercado y por efecto de la crisis, "podemos absorber la producción en fábricas propias de la empresa", sin necesidad de seguir con la factoría sevillana.

Al hilo de ello, expone el presidente de los trabajadores, el contrato de la factoría "era en régimen de alquiler y una vez que expirara el tiempo del contrato, o bien nos quedamos con Nueva Rumasa, o bien con Capsa", lo que no esperaban "es que esto ha ocurrido antes de tiempo"

"Todo esto tiene un proceso que debe ocupar seis meses", ha explicado Escudero, "Nueva Rumasa debe darle un preaviso a Capsa con al menos seis meses de adelanto antes de abandonar el contrato", ante lo que temen "que nos apliquen un ERTE para no pagarnos así el salario de esos seis meses".

Por ello, han comenzado a informarse con las asesorías jurídicas de CCOO y UGT para "saber qué nos aconsejan y en cualquier caso estar preparados para una posible negociación en el caso de que planteen un ERTE", ha apuntado.

Entretanto, los trabajadores tuvieron conocimiento del cierre de la filial andaluza este jueves 9 de diciembre cuando acudieron al chalé de la familia Ruiz Mateos en la madrileña urbanización de Somosaguas, donde fueron informados de que Nueva Rumasa "va a dejar la actividad por la crisis y porque los precios de las materias primas han subido mucho".

En este punto, Escudero se ha mostrado preocupado por la que va a ser la situación de los trabajadores en adelante puesto que, según explica a Europa Press, "este viernes hubo carga de trabajo en la factoría, pero apenas un 20 por ciento de la habitual, y seguir así, o acudiendo al trabajo sin tener nada que hacer durante los próximos seis meses sería muy desagradable para todos"

Por su parte, fuentes de Clesa SA, propiedad del grupo Nueva Rumasa, explicaron a Europa Press que finalizarían de forma anticipada el contrato de alquiler con Capsa en Sevilla, debido a la situación del mercado, de forma que pueden "absorber la producción de productos lácteos en fábricas propias, y ésta en concreto se trata de una fábrica arrendada".

Debido a la situación del mercado y por efecto de la crisis, "podemos absorber la producción en fábricas propias de la empresa, y ésta se trata de una fábrica arrendada", por lo que han decidido finalizar de forma anticipada el contrato con Capsa, toda vez que dicho contrato contemplaba un año más de acuerdo aproximadamente.

Por el contrario, Capsa ha afirmado este sábado que "no existe constancia oficial alguna, por ningún medio, de la decisión de rescisión de dicho contrato", por lo que la empresa dice mostrarse "sorprendida" ante dicha información.

Factoría en sevilla

La planta sevillana cuenta con un centenar de trabajadores y se alquiló en noviembre de 2008 a Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa), de forma que Clesa se hizo cargo en 2008 en la fábrica de yogures de central lechera Asturiana (CLAS), alquilándola por un periodo de cuatro años, periodo tras el que el grupo tiene la opción de compra.

Nueva Rumasa se hizo cargo de la planta, después de que Capsa, fabricante de yogures y postres de la marca Central Lechera Asturiana, presentara el 23 julio de 2008 un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectó en torno a 200 empleados a nivel nacional, de los que unos 165 (el 82 por ciento) eran en Andalucía, ante la falta de demanda de dicha línea de productos.

De este modo, de los alrededor de 160 empleados, casi un centenar correspondía a la planta sevillana; seguida de Málaga. También se vieron afectadas las delegaciones de la compañía en Jaén, Huelva, Córdoba y Jerez de la Frontera (Cádiz).

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