Según apunta la Interprofesional en una nota, diciembre, enero y febrero son los mejores meses para el consumo de tomate raf aunque su temporada se prolonga hasta el mes de abril. El tomate raf tiene un rendimiento de entre tres y cinco kilos por temporada y mata. Además, su cultivo y recolección debe hacerse por manos muy expertas, ya que son "muy débiles y sensibles".
Pese a que en el mercado existen muchas imitaciones de este tipo de tomate, el auténtico sólo se cultiva en los invernaderos ubicados en la zona de Andalucía oriental. "Su exquisito sabor se obtiene gracias a la alta salinidad del agua y de la tierra, lo que le confiere ese característico sabor dulzón, algo que se produce porque la planta absorbe más cantidad de azúcares debido a la concentración de sales", explica la gerente de Hortyfruta, María José Pardo.
Este producto se emplea en la alta cocina, aunque su preparación sorprende por su extremada sencillez. La mayor parte de la producción de raf va a parar a manos de los grandes chefs de cocina, sin embargo, pocos se atreven a profanar su frescura. "Como mejor se saborean y aprovechan las cualidades de este tomate es cortándolo en gajos, con aceite de oliva virgen y con un poco de sal", señala Pardo.
El tomate raf se puede reconocer porque tiene un aspecto irregular con profundos surcos que terminan en el centro, de forma ovalada y achatado por los extremos. Su color es de un verde intenso con pinceladas que se aproximan al negro en su parte superior. El proceso de maduración es al contrario que el resto de tomates, es decir, el mejor momento para consumirlo es cuando esté verde, de ahí que la mayor parte de la producción de raf se quede en el mercado nacional.
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