Genoveva Casanova: una 'socialité' existencialista

  • Alterna las promociones de joyas con las tareas solidarias, y los consejos de belleza con un blog de aspiraciones literarias.
  • Quiere demostrar que trabaja duro. Y tener credibilidad.
Genoveva Casanova realiza un posado para una firma de trajes nupciales y de fiesta.
Genoveva Casanova realiza un posado para una firma de trajes nupciales y de fiesta.
Pronovias
Genoveva Casanova realiza un posado para una firma de trajes nupciales y de fiesta.

Martes, 7 de diciembre. Es una noche heladora. Como una más de la familia, Genoveva Casanova ocupa una de las plazas de la limusina que debe transportar a los Vargas Llosa al salón de la Academia sueca.

Ha elegido para la ocasión un elegante abrigo de piel blanco. Ese color, piensa, realza su rostro y la melena. Lo ha utilizado para brillar en veladas especiales, en fiestas, en las salidas nocturnas con sus amigas. Probablemente reza para que la longitud de la prenda disimule esas inoportunas muletas sobre las que calza sus pasos. La mexicana emulaba a una dorada amazona para un reportaje de crónica social cuando sufrió un percance. Ahora le duele el tobillo, pero deja de pensar en ello en el instante en el que el autor de La fiesta del chivo se adelanta a su hijo Gonzalo, su actual novio, y la ayuda a apearse del vehículo regalándole una sonrisa cautivadora. Es un caballero.

Ella le devuelve el gesto con otro ademán dulce, angelical. Los ojos claros se iluminan bajo las cejas depiladas cuando Mario Vargas Llosa se vuelve a la prensa y bromea: "Es una mujer muy imprudente, se peleó con un caballo". El novelista, que en unos minutos pronunciará su discurso de aceptación del premio Nobel de Literatura, se muestra alegre y sereno. Genoveva también parece contenta. La primera aparición pública con su nueva pareja es celebrada con un aguacero de flashes. El escritor hace como que no se da cuenta, pero se acerca más a su nuera para compartirlo con ella. Luego Casanova le regalará unas lágrimas emocionadas durante el cenit de su alocución.

Prudente ex condesa

Qué lejos se antoja ya ese matrimonio con Cayetano Martínez de Irujo, el hijo jinete de la duquesa de Alba. Era 2005 cuando Genoveva le dio el "sí, quiero" bajo la atenta mirada de la Virgen de Guadalupe ("mi Guadalupana", murmuró ella cariñosa, como buena creyente).

Él vestía según la Real Maestranza hispalense y sujetaba con la mano un casco con un plumero. Detrás, un distinguido grupo de políticos, periodistas, nobles, deportistas de élite y toreros seguían el ritual. Su voile de organza, la cola de dos metros, el velo de casi cuatro y el encaje de chantillí fueron muy elogiados. A nadie pareció importarle, ni siquiera a las publicaciones más refinadas, que los gemelos de la pareja, Luis y Amina, hubieran nacido mucho antes de aquella ceremonia. Esa damisela rubia de figura ilustre, suave oratoria plagada de tiernos "mi amor" y modales corteses se había ganado ya sus futuras exclusivas y portadas.

Las revistas supieron apreciar que la nueva condesa de Salvatierra emanara prudencia y una decencia exquisita y antigua. Era una "fresa", había bromeado ella misma refiriéndose al término con el que en su país designan a las niñas bien. Y una excelente candidata para repartir belleza en elegantes reportajes fotográficos, endulzar entrevistas con respuestas universales ("No hay amor más grande que el de una madre por sus hijos"), ofrecer consejos de belleza, prestar su imagen a sofisticadas colecciones de joyas y aclararla después con una afanosa agenda solidaria.

Sólo su progenitor, Larry Casanova, un domador que emplea a sus fieras para filmaciones de películas y telenovelas, ha enturbiando alguna vez ese impecable universo de discreción: "Tanto Luis Miguel como mi hija son solteros y adultos, pero si Cayetano es un playboy, este otro es peor tantito", declaró el año pasado a una revista cuando su vástaga fue fotografiada paseando por Florencia con el célebre baladista. Dicen que a Genoveva no le gustó nada que su padre se confiara a la prensa. Sobre Gonzalo Vargas Llosa, Larry aún no se ha pronunciado.

Apasionada por las letras

"Sé que muchos sólo ven en mí a una pija", lamentó Genoveva en una ocasión. Su mayor anhelo, explicó entonces, era demostrar que es una persona seria que trabaja y que está comprometida con las labores solidarias que practica.

También desveló su amor por la Filosofía, la carrera que cursó: "Fui existencialista durante un tiempo: Ortega fue muy importante en mi aprendizaje, también Nietzsche y Sartre". En un blog que ha habilitado en Internet ha reunido poemas –algunos de ellos escritos de su puño y letra- y textos de cuidada redacción. Allí la mexicana abre su alma: "Mi vida actual es muy diferente a la que imaginaba tener de adolescente, cuando era un ratón de biblioteca y estaba obsesiona por el arte y la literatura". Ahora trata de reconvertir su realidad y acercarla a aquella con la que soñó un día.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento