Ni Borges, ni Kafka ni Proust consiguieron el Nobel de Literatura. Gandhi y la madre Teresa de Calcuta tampoco ganaron el de la Paz. Ni siquiera Edison (inventor de la bombilla) obtuvo el de Física. Por sus notorias ausencias y por las injusticias, la polémica ha envuelto desde su fundación a unos afamados galardones creados por el inventor de la dinamita, Alfred Nobel, para premiar a las personas que aportan algo positivo a la humanidad.

Valga el siguiente ejemplo: el mismo año de su estreno, en1901, la Academia Sueca pidió información a la de Francia sobre Zola y Tolstoi, sus principales opciones para el Nobel de Literatura. Los franceses, sin embargo, postularon a Sully Prudhomme, autor semidesconocido que dejó a los anteriores en la cuneta y acabó inaugurando la lista de laureados en una categoría que desde este viernes cierra Mario Vargas Llosa.

La elección de Vargas Llosa, por contra, está considerada un claro acierto de la Academia sueca, ya que el escritor llevaba muchos años como candidato. Y es que son muchos los aciertos del galardón. Los escritores españoles coinciden en que la fama del Nobel literario la han engrandecido, entre otros, Hemingway, Thomas Mann o Juan Ramón Jimenez, al tiempo que recriminan a la Academia Sueca que tenga en cuenta las ideas políticas o la incorrección vital de algunos genios de las letras a la hora de premiar su obra.

El Nobel de Literatura no es el único con máculas en su expediente. Las lagunas -y sonoras polémicas- del Nobel de la Paz son numerosas. ¿Alguien duda que de Mahatma Gandhi se mereciera el premio? ¿O la madre Teresa de Calcuta? Pues ninguno de los dos lo tienen. En el caso de Gandhi, el Comité que decide los premios de la Paz reconoció que los intereses del Imperio Británico jugaron un flaco favor al gurú del pacifismo.

Polémico ha sido el ultimo premio de la Paz al disidente chino Liu Xiaobo -cuyo galardón ha provocado la ira de China y la ausencia de la ceremonia de representantes de 19 naciones-. También, por sorpresivo y 'prematuro', fue polémico el concedido en 2009 a Barack Obama, de quien sus críticos resaltaron que fuese elegido cuando mantenía abierta una guerra, la de Afganistán.

En las categorías de ciencia es clamorosa la ausencia de eminencias como Thomas Edison o el hecho de que Albert Einstein fuera premiado por su explicación del efecto fotoeléctrico y no por su teoría de la relatividad. Tampoco lograron el galardón ni el descubridor del ADN, Avery, ni el que inventó la tabla periódica, Mendeleyev. Que sean mil especialistas en cada materia los encargados de la selección de los galardonados, no impide que se cometan errores de gran calado.