El comportamiento del cura José de Souza Pinto, de 58 años, perteneciente a la Sociedad de las Divinas Vocaciones, causa "preocupación" en el Episcopado brasileño desde hace varios años.
Hace quince días fue destituido como párroco del templo de Nossa Senhora da Conceicao da Lapinha, en Salvador, capital del estado de Bahía, y la semana pasada suscitó más polémicas, al recibir al cantante Caetano Veloso con un beso en la boca en una fiesta de Carnaval.
Un padre Apeles brasileño
En esa fiesta Pinto fue jurado de un concurso de belleza, bebió abundante cerveza en público y lució un colorido maquillaje en el rostro.
Según fuentes eclesiásticas, Pinto ha "superado los límites" y se ha pedido la intervención de la Sociedad de las Divinas Vocaciones, a la que pertenece.
El presidente del Episcopado brasileño, Geraldo Majella, dijo al diario Correio Braziliense que el comportamiento de Pinto "puede merecer cuidados terapéuticos" y anunció que emisarios de su orden llegarán la semana próxima a Bahía para examinar su caso.
"Existe la posibilidad de que sea separado de la orden", declaró el provincial de la Sociedad de las Divinas Vocaciones en Brasil, José Carlos Lima.
Las actitudes "extrañas" de Pinto comenzaron en enero pasado, cuando empezó a oficiar misas usando turbantes y ropas propias del candomblé, religión introducida en Brasil por los africanos que llegaron al país como esclavos en el siglo XVI.
Dedicado a la pintura, en enero pasado anunció una exposición de sus obras, que tituló "Apocalipsis en la Fiesta del Día de Reyes" e iba a presentar en una sala de Lapinha. Finalmente suspendió la muestra porque, según dijo, fue advertido por el Episcopado del carácter "provocativo" de sus cuadros
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