El escritor Montero Glez evoca las últimas caladas de Camarón en 'Pistola y cuchillo'

El madrileño resucita la voz del cantaor con un estilo líquido y pretendidamente flamenco en su última novela

El autor Montero Glez publica la novela 'Pistola y cuchillo' (El Aleph), en la que evoca la voz de Camarón (1950-92) y sus últimas caladas con un estilo líquido y pretendidamente flamenco, huyendo del género biográfico para captar la esencia del cantaor a través de la fábula.

En declaraciones a Europa Press, el escritor ha subrayado que el relato "toca una historia dura, tan dura que puede romper un martillo, pero que a la vez es tierna". "Es como el flamenco mismo", ha añadido, "que es duro pero que, al mismo tiempo, tiene un hilo de ternura".

Según el autor, que prefiere vivir en "el mundo de la fábula" antes que registrar una realidad que le repugna, 'Pistola y cuchillo' nace de la memoria y de su simbiosis con la imaginación, para evocar, así, la voz que conserva "el pasado, el presente y el futuro" del flamenco.

"El libro es una fábula. Yo vivo en la fábula, yo vivo en la ficción, a mí la realidad no me interesa. Para mí la realidad es repugnante, a mí me interesa más la mentira. A mí lo de las fechas no me ha gustado nunca. Yo quería revivir al que nunca murió del todo", ha precisado el autor.

En la obra narra, en clave de ficción, el encuentro soñado entre Camarón y su 'alter ego' en la Venta Vargas (San Fernando, Cádiz) y, de este modo, navega como un velero cargado de sueños sobre la arena del tiempo, en busca de la mentira más sublime y del sentimiento más jondo.

Montero Glez no conoció a Camarón en profundidad, pero siguió al cantaor durante sus últimos seis años de vida. Se sentaba en el tablao La Cueva del Candela, donde, a los 18, observaba desde un lugar oscuro para no molestar, para no interferir en el desarrollo de los acontecimientos.

"También estuve en su último concierto, claro. Y no sólo iba su gente, sino hippies, roqueros, punkies, ejecutivos, todo tipo de gente, y sus conciertos te traspasaban, te traspasaban. Yo nunca he escuchado algo así. Nunca. Yo no tengo nada, pero eso lo llevo dentro", ha explicado.

En su opinión, "Camarón era el más grande en directo" y, a su lado, destacaba el guitarrista Tomatito, que le acompañaba y se fundía con el cantaor, que le arropaba y le entendía "a la perfección". "No creo que escuche nada igual, tendrían que pasar muchísimos años", ha subrayado.

La leyenda del tiempo

En la novela, cobra especial importancia el disco más célebre del cantaor, 'La leyenda del tiempo' (1979), que sirve de metrónomo para una prosa musical y arbolada y que, en opinión de Montero Glez, "se ha convertido en uno de los mejores discos de la fonografía mundial".

"Al principio, la gente devolvió el disco porque creía que estaba pasado de revoluciones. En 1979, hacer eso era una herejía, eso es de una valentía enorme. Entonces, cuando a Camarón le decían por la calle: 'Este disco está mal', él respondía: 'El que está mal es usted", ha indicado.

En este sentido, ha confesado que 'Pistola y cuchillo' es su obra menos comercial, como lo fue 'La leyenda del tiempo' en su día, pero también ha subrayado que este trabajo marcará su carrera de aquí en adelante. "Esta es la obra que va a perdurar el día de mañana", ha dicho.

"El mercado me pedía seguir con el 'thriller', pero yo he hecho lo que quería, porque pienso que, cuando uno hace lo que quiere, quiere lo que hace. He intentado escribir una obra flamenca. Yo quería hacer algo muy cortito, pero muy flamenco", ha precisado el autor de 'Manteca colorá'.

A lo largo de su carrera, el autor madrileño ha publicado diversos diversas novelas, entre las que también figuran 'Sed de champán' (1999) y 'Cuando la noche obliga' (2003) y que han sido traducidas a varios idiomas. Actualmente, colabora con 'El Cultural', del diario 'El Mundo'.

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