[Crónica In-Edit 2012] 'Hikikomori Metal'

El In-Edit se adentra en el sótano de Bobby Liebling, cantante de Pentagram y protagonista de 'Last Days Here'.
[Crónica In-Edit 2012] 'Hikikomori Metal'
[Crónica In-Edit 2012] 'Hikikomori Metal'
[Crónica In-Edit 2012] 'Hikikomori Metal'

Me dirijo al cine Aribau acompañado de los versos de Domingo en mi ciudad, tema de Loquillo y Los Trogloditas escondido en su álbum Morir en primavera (una joya en su discografía no siempre suficientemente reivindicada). Una melodía crepuscular perfecta para un día como hoy, en el que la temperatura ha descendido diez grados, la hora se ha retrasado una hora, todo oscurece demasiado pronto y la programación del In-Edit se centra en historias marcadas por una aguja hipodérmica y personalidades demasiado sensibles (justamente como el caso de Sabino Méndez, autor de la canción que no puedo dejar de canturrear).

La cola para ver Last Days Here, ganadora del apartado internacional de la pasada edición, repuesta este 2012 dentro de la sección “Premios”, da la vuelta a la esquina, y vuelvo preguntarme lo que me pregunté dos años atrás cuando el In-Edit estrenó en una sala a reventar Lemmy, el imperdible documental sobre el incombustible líder de Motörhead: ¿A cuántos de los aquí presentes les gustará el metal? ¿Cuántos tendrán en casa un disco de Pentagram, la banda capitaneada por el atormentado Bobby Liebling, protagonista del film? ¿Cuántos habrán escuchado alguna vez un tema suyo? Nuevamente, éste es el gran aliciente del festival, sentirte atrapado por el devenir de alguien que hasta ahora era totalmente ajeno a tu universo de gustos y preferencias.

Formados a inicios de los 70, discípulos aventajados de Black Sabbath (por favor, hagan reverencias), influencia imprescindible para cualquier banda posterior de doom metal o stoner rock, Pentagram pudieron ser la gran banda que nunca llegaron a ser. ¿El motivo? Sucesión de infortunios y un ego, el de Liebling, desmesurado. Décadas después, como un enfermo de hikikomori, el cantante (¡por Dios, qué alguien me confirme que no es Mente Fría de La que se avecina!) vive encerrado en el sótano de casa de sus padres, esnifándose toda la coca de Colombia, metiéndose toda la heroína de Pakistán, fumándose todo el crack que un laboratorio clandestino pueda elaborar, y prometiéndole a su madre, una adorable octogenaria con el pelo teñido de lila al más puro estilo Lucia Bosé, que el próximo año será introducido en el Rock’n’Roll of Fame. Un vida destinada a acabar dos metros bajo tierra más pronto que tarde, que da un giro copernicano con la aparición de Sean “Pellet” Pelletier, un entregado y sufrido fan que tomará las riendas de la carrera profesional de Liebling, y Hallie Miller, una despampanante rubia veinte o treinta años menor que él, que substituirá las papelas por (perdonarme la ñoñez) sobredosis de amor. Un cinta entrañable que revela que incluso los adoradores de Satán pueden vivir un cuento con final feliz.

CINEMANÍA en el Festival In-Edit 2012

Día 3: ¿Qué fue de Sixto Rodríguez?

Día 2: Músico blanco, corazón negro

Día 1: Simpatía por los documentales

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