La subdirectora de Tratamiento y Gestión Penitenciaria del Ministerio del Interior, Concepción Yagüe Olmos, ha indicado este martes que la violencia de género es por importancia la tercera causa de ingreso en prisión de hombres en España, después de los delitos socioeconómicos y contra la salud pública.

Según ha explicado Yagüe durante su intervención en el I Congreso para el Estudio de la Violencia contra las mujeres, un total de 3.800 varones que han ingresado en el sistema penitenciario español lo han hecho por un delito de violencia de género, lo que representa el 6 por ciento de los 64.698 hombres condenados por diferentes delitos con penas de prisión.

Además, en lo que concierne al presente año 2010, un 10 por ciento de los hombres que han entrado en el sistema penitenciario están relacionados con casos de violencia contra las mujeres. "De ser algo anecdótico, el delito de violencia de género es hoy la tercera causa que trae a los hombres a prisión", ha señalado la subdirectora.

Esto se debe, ha señalado, a que "ha aumentado la sensibilización social, lo que ha traído como consecuencia un aumento muy significativo de las denuncias contra lo agresores y las condenas". Concretamente, ha precisado, en los últimos dos años ha aumentado en un 43 por ciento el número de personas recluidos por violencia machista.

A estos hay que añadir, ha apuntado, otros muchos reclusos que además de cometer otras actividades delictivas importantes también se les ha imputado un delito de violencia de género. De hecho, en total, a fecha de 15 de noviembre de 2010, 6.539 personas habían ingresado en prisión por un delito de violencia de género

En cuanto a las causas concretas de ingreso en prisión, Yagüe ha señalado que el 28,2 por ciento han sido condenados por malos tratos habituales, mientras que un 16 por ciento han quebrantado las medidas de alejamiento o las penas impuestas, un 14 por ciento ha realizado amenazas, un 15 por ciento ha provocado lesiones en la víctima, un 4,8 por ciento ha sido autor de una agresión sexual, un 2,6 por siento ha cometido un asesinato y un 3,7 por ciento es responsable de un homicidio.

Por otro lado, ha mostrado los resultados de un estudio llevado a cabo sobre 387 hombres en el seno de los programas de reeducación que lleva a cabo la Unidad de Tratamiento y Gestión Penitenciaria del Ministerio del Interior. De ellos, el 76,1 por ciento ha cometido un delito relativo a la violencia de género, la mayoría con un perfil social normalizado, es decir, "se trata de personas que sin la entrada en vigor de la Ley de Violencia de Género no habría entrado en prisión".

Sólo el 15%

Con maltrato en su familia

La cuantía media de la pena de los sujetos estudiados era de tres años y diez meses y el 40 por ciento tenía penas inferiores a dos años. En cuanto a distinción entre preventivos y penados, la mayoría eran penados, en concreto, sólo el 11,7 por ciento eran preventivos, motivado, generalmente, por los juicios rápidos.

Asimismo, ha informado que al 73 por ciento no se le había diagnosticado una psicopatología y sólo 15 por ciento tenía antecedentes de maltrato en su familia de origen.

Por otro lado, el 38 por ciento negaba directamente los hechos que se les imputan, mientras que el 60 por ciento lo reconocía pero la gran mayoría lo minimizaba o justificaba.

Yagüe ha explicado que la participación en los programas de rehabilitación es voluntaria, de manera que el 60 por ciento de los condenados que participaba en el mismo no seguía una motivación propia, que en la mayoría de los casos es "instrumental y no por un verdadero deseo de cambiar su comportamiento", y sólo un 34 por ciento si mostró interés en someterse a terapia, la mayoría de ellos por recomendación de terceros.

Asimismo, el 27 por ciento de los participantes negaba los hechos, frente al 49 por ciento que sí los asumía. Concretamente, los 60 centros penitenciarios que hay en España ofrecen un total de 800 plazas para realizar estas terapias y en 2009 fueron 759 los condenados que asistieron a programas de rehabilitación.

"los programas de reeducación no funcionan"

Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Psicología de la Violencia, Andrés Montero, ha destacado que salvo casos muy concretos y minoritarios, la violencia es una conducta "aprendida", lo que lleva a pensar que "se puede desaprender, es decir, que es posible la reeducación".

No obstante, ha señalado que ningún programa de los que hay en vigor "ofrece posibilidades de reeducación al maltratador", ya que están más dirigidos a "controlar su conducta que a que la desaprendan".

Según ha aclarado, la violencia "se aprende en un contexto cultural concreto con códigos sociales patriarcales, sexistas y que adjudican a la mujer un papel subordinado al hombre, por lo que había que ayudarle a desaprender la conducta en ese mismo contexto". "La violencia es siempre una conducta instrumental que sirve a un ejercicio de poder, desde las legítimas hasta las más legítimas o ilegales", ha resaltado.

"Entonces, ¿cómo podemos impulsar un sistema de desaprendizaje y reeducación actuando sólo sobre el individuo que lo ha aprendido en el contexto cultural y lo ha ejercido a lo largo de los años, sin cambiar el contexto cultural?", ha cuestionado, apuntando que una mujer maltratada sufre violencia durante una media de 5 años.

Por ello, ha destacado la necesidad de que los programa de reeducación sean comunitarios, ya que de lo contrario, "sólo se conseguirá que el individuo deje de agredir durante el tiempo que se ha sometido a la terapia, desconociendo lo que ocurre cuando sale de nuestro radar".

Asimismo, ha señalado que la mayoría de los individuos tratados "recodifican su moral de manera que creen que hacen lo correcto cuando ejercen violencia o que no les queda más remedio que hacerlo teniendo en cuenta la situación que les ha tocado vivir, algo que no puede modificar una terapia de reeducación".