La secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, ha advertido este martes en Oviedo de que "la prisión se ha convertido en un recurso asistencial cuando no debe de ser eso". "No debe ser el lugar al que vaya una persona enferma a recuperar su salud sino un lugar de cumplimiento de condena y trabajo para la reeducación y la reinserción", afirma.

Así, Gallizo ha destacado que "de la reflexión que llevó a cerrar los psiquiátricos en los años 80 no se derivó en medidas que apoyasen el tratamiento de estas personas en comunidad". "Medidas entre las que debe haber centros de atención para personas con especiales dificultades de convivencia, de media o larga estancia. Es una necesidad, y cerrar los ojos ante las necesidades nunca es bueno", destacó.

"El hecho de que no existan estos recursos hace que haya personas con enfermedad mental y que producto de ello puedan cometer un delito, algo que se quizá se podría evitar si estuviesen tratadas y controladas", argumentó.

Así lo dijo en declaraciones a los medios de comunicación tras participar en las V Jornadas 'Delito y Sociedad', que abordan 'La salud mental y el sistema penitenciario', y se celebran en el Hotel de La Reconquista de Oviedo.

La secretaria general de Instituciones Penitenciarias ha defendido que "si existiesen recursos en la sociedad podríamos evitar su ingreso en prisión, que además de no ser lo más indicado a veces produce otros conflictos añadidos". De hecho, durante su ponencia dijo que una parte importante de los incidentes que se registran en las cárceles los producen los enfermos mentales.

Además, indicó que se está extendiendo a todas las prisiones un plan de atención a personas con enfermedades mentales, que pasa por la formación de los profesionales y la puesta en marcha de actuaciones que permitan mejorar la estancia de estas personas en prisión, así como evitar que sean conflictivos dentro de la prisión o que sufran padecimientos especiales.

Gallizo comentó, también, que actualmente la prisión es "el único recurso que combina el tratamiento y la seguridad", una situación que considera "un drama humano y una equivocación terapéutica".

De este modo, sostiene que la prisión debe entenderse como recurso para la delincuencia grave y peligrosa, no para suplir la carencia de recursos en el tratamiento de personas enfermas. Así, apuesta por medidas de "prevención" que eviten que la enfermedad mental pueda derivar en delito, ayudar a la integración en la comunidad de las personas con enfermedades mentales que supongan un nivel bajo de riesgo "con mayor autonomía y calidad de vida", y que "solo los que tienen nivel alto de riesgo estén en los hospitales psiquíatricos penitenciarios".

Para ello, entiende que hay que seguir trabajando para mejorar las condiciones, modernizar y construir algún hospital penitenciario más, así como potenciar las políticas preventivas que favorezcan la integración social de los enfermos mentales.

Según datos de 2007, en Europa un 12 por ciento de los internos necesita un tratamiento especializado. "Una cifra que va en aumento", resaltó Gallizo. Asimismo, indicó que en España un estudio de 2006-2007 apunta que un 25% de la población reclusa se ha sometido a tratamiento psiquiátrico, uno de cada dos tiene antecedentes por consumo de drogas y un 4 por ciento padece un trastorno mental grave.

Respecto a Villabona, afirmó que la prisión asturiana es un "referente" para todo el sistema penitenciario español "en el abordaje del tratamiento de las personas con adicciones a las drogas". Además, la cárcel de Villabona tiene desde hace cuatro año con un convenio de colaboración con el Sespa para la atención específica psiquiátrica de los internos.

Por su parte, el Fiscal Superior del Principado de Asturias, Gerardo Herrero, recordó que la memoria de 2010 indicaba la existencia de 548 internos a tratamiento en Villabona, lo que supone que un 34% de la población reclusa reciba atención psiquiátrica.