Detenido tras secuestrar, agredir e intentar robar droga a dos narcotraficantes

Uno de los secuestrados se lanzó con su coche hacia una patrulla de la Guardia Civil para pedir auxilio
Armas intervenidas
Armas intervenidas
EP/GUARDIACIVIL
Armas intervenidas

La Guardia Civil ha detenido a un hombre acusado de secuestrar, agredri e intentar robar droga a dos presuntos narcotraficantes, uno de origen colombiano procedente de Madrid y otro de origen peruano domiciliado en Peligros (Granada), que también han sido arrestados con un total de 1.026 kilos de cocaína de gran pureza. En la operación se ha incautado además de una escopeta robada en Güevéjar en el año 2005 a la que le habían recortado los cañones y la culata.

Fue el pasado miércoles en un municipio del Área Metropolitana de Granada cuando a las 11,30 horas una patrulla de la Guardia Civil de Maracena, que se encontraba de servicio de vigilancia en una gasolinera de Peligros, fue abordada por un vehículo Citroën Xsara Picasso cuyo conductor pidió auxilio a los agentes porque las personas que lo acompañaban lo estaban encañonando con una escopeta de cañones recortados y tenían secuestrado a un amigo suyo en el maletero.

Antes de que los guardias civiles pudieran reaccionar a tal información, los dos ocupantes del vehículo a los que aludía el conductor habían abandonado el coche y huían a campo través a la carrera. Los agentes salieron tras ellos y alcanzaron a uno, mientras que el otro sí consiguió perderse por las calle de la urbanización Fonseca, del municipio de Peligros, ha informado el Instituto Armado en una nota.

Ya de vuelta al coche los agentes comprobaron que, como había afirmado el conductor, había una persona herida en el interior del maletero, y en el suelo del vehículo una escopeta superpuesta de cañones recortados, municionada en sus dos recámaras con cartuchos de caza, y una navaja de diecinueve centímetros de hoja.

Las primeras declaraciones de las supuestas víctimas fueron que habían sido abordados en Pulianas, a la altura del barrio Pueblo Árabe, por dos personas que tras golpearlos quisieron robarles, y que al no conseguir botín alguno optaron por secuestrarlos: a la primera víctima la pusieron a conducir mientras que el secuestrador que viajaba delante le apuntaban con una escopeta de cañones recortados y el que viajaba detrás le intimidaba con una navaja, con la que llegó a herirla en el costado y en el cuello, a la vez que le daba instrucciones de por dónde debía circular; y a la segunda víctima la encerraron en el maletero del monovolumen.

El conductor añadió que al llegar a la altura de la gasolinera que hay a la entrada de Peligros vio a una patrulla de la Guardia Civil y se tiró hacia ellos gritando y pidiendo auxilio.

Declaraciones "poco creíbles"

Las víctimas y el supuesto secuestrador fueron trasladados hasta la Comandancia, y como quiera que las primeras declaraciones no eran "creíbles", ya que las víctimas no aparentaban ser industriales, o comerciales, o personas que llevaran consigo gran cantidad de dinero, y que todas las circunstancias que concurrían apuntaban a un negocio de tráfico de drogas, la Guardia Civil registró a fondo el coche de la víctima y a las propias víctimas, encontrado adosado al pecho de la persona que conducía más de un kilo de cocaína, por lo que los dos hombres fueron detenidos como presuntos autores de un delito contra la salud pública por tráfico de droga.

La Guardia Civil ha averiguado después que lo que ocurrió en realidad fue que tanto las víctimas como sus agresores habían concertado una cita para la venta de la droga, pero éstos últimos no pretendían pagarla sino apoderarse por la fuerza de la cocaína.

Tras ser agredidos y amenazados con las armas incautadas, el ciudadano colombiano convenció a sus agresores de que la droga no la llevaban consigo, sino que la tenían unos compañeros suyos que esperaban en una gasolinera de Peligros.

El colombiano al llegar de Madrid esa mañana había visto una patrulla de la Guardia Civil en las inmediaciones de dicha gasolinera y pensó que quizá tuviera la suerte de que no anduviera muy lejos. Su intención era, si hubiera llegado el caso, como así declaró a los agentes, chocar contra el coche patrulla para llamar la atención de los agentes.

Los presuntos secuestradores decidieron entonces ir hasta la gasolinera a buscar esa droga y, como ya hemos relatado, el colombiano se puso al volante y encerraron al otro en el maletero.

Tras la huida de uno de los secuestradores, la Guardia Civil montó un dispositivo de búsqueda que aunque no consiguió localizar al huido, sí que consiguió encontrar en un túnel de desagüe próximo a la gasolinera algunas de las ropas que vestía cuando escapó, y que ahora están siendo analizadas en el laboratorio para conseguir ADN o alguna otra prueba que nos ayude a identificarle.

En la investigación han participado los equipos de delitos contra el patrimonio, y de delincuencia organizada y antidroga de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia.

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