Resulta curioso que existan fabricantes que no sean capaces de cejar en el empeño de consolidarse en un segmento en el que en realidad no se les ha perdido nada. Con excepción de los jefes de estado de los países de procedencia de los respectivos fabricantes, no existen casi candidatos que se dejen convencer para adquirir un modelo raro, en lugar de un vehículo de masas.
Un modelo raro
El Latitud es uno de esos modelos raros y escasos que pronto pasará a formar parte de la flota de vehículos del Sr. Skarkozy con fines representativos. Resulta extraño por dos motivos – hablamos del Renault, por supuesto. Aunque sus líneas son de alguna forma elegantes, su diseño es más bien aburrido y perfectamente sustituible. Se trata de una estrategia que Renault ha seguido con bastante frecuencia en los últimos tiempos si nos fijamos en sus modelos más recientes.
En otro orden de cosas, incluso los genes del Renault Latitude le convierten en un tipo raro, ya que en realidad es un coreano. Renault ya hizo esto mismo con el Koleos. En este caso, el único mérito de la casa francesa fue cambiar de nombre a un Samsung. En ambos casos el objetivo de la marca del rombo es beneficiarse de las ventajas de la asociación creada entre Renault, Nissan y Samsung. En Corea, el Latitude abandona la cadena de montaje con el nombre Samsung SM5, y precisamente así es como se ha puesto en venta en algunos mercados asiáticos.
A la medida de las necesidades europeas
Sea como fuere, el Renault Latitude ha sido adaptado a las necesidades del mercado europeo, su diseño se ha perfeccionado y, sobre todo, se ha optimizado en el aspecto de los motores, el chasis y los acabados. Pese a todo, y siempre según Renault, su diseño sigue siendo muy Samsung, quizá conscientes de que las pretensiones de los franceses son más elevadas de lo que el Latitude puede ofrecer en realidad. Tanto más cuando se trata del nuevo modelo superior de la marca.
Los enormes asientos parecen más cómodos de lo que son. La superficie de asiento es corta, la sujeción lateral escasa y la posición de conducción en general demasiado elevada. En los grandes modelos de Renault estos siempre están tapizados en cuero y equipados con un dispositivo de masaje en el respaldo del asiento del conductor, algo que todavía se considera una excepción en este segmento de vehículos.
Profusión de olores
Igual de especial es el sistema de aire con difusor de perfume. En este caso el cliente podrá elegir entre seis olores diferentes que, si se utilizan diariamente, garantizan un aroma agradable durante aproximadamente un mes. A nosotros esto nos recuerda más bien a un local de reputación sospechosa.
Otro aspecto positivo es que, gracias a sus 4,90 metros de longitud, 1,83 metros de ancho y a su altura razonable, el Latitude dispone de una espléndida oferta de espacio. Tan sólo las personas de mayor envergadura podrían tener ciertos problemas con la altura del techo. De todas formas, el techo corredizo acristalado no estará disponible en Alemania, aunque no nos preocupa mucho ya que éste reduce considerablemente el espacio a la altura de la cabeza. El maletero ofrece 477 litros de capacidad sin aprovechar el hueco de la rueda de repuesto. La carga útil es de al menos 485 kilogramos, es decir, de lo más normalito.
Tres motores
Los franceses ofrecerán tres motorizaciones diferentes para su modelo superior. El motor de gasolina de 140 CV desempeñará un papel más bien secundario, pese a que la posibilidad de elegir entre gasolina y E85 resulta bastante atractiva. Por motivos medioambientales (desmonte de las selvas tropicales para nuevas plantaciones en la zona del Amazonas) el etanol (E85) no es la solución óptima. Además, aún existen pocos surtidores de E85 y el consumo de combustible se dispara desde los 7,9 litros de gasolina súper hasta los 10,7 litros de etanol, por lo que la ventaja económica del etanol se esfuma prácticamente. Por el contrario, las emisiones de CO2 se reducen en casi nueve gramos por kilómetro.
El diésel de 3 litros y 240 cv es mucho más potente. Éste lanza unos modestos 450 Nm al cigüeñal (un Mercedes Clase C genera 95 Nm más), impulsando al V6, equipado también de forma exclusiva con cambio automático, con superioridad y de forma cómoda. Evidentemente, uno no necesita el 3.0 dCi, pero de alguna forma sí resulta muy adecuado.
El chasis y la dirección se esfuerzan poco por causar una buena impresión tanto al conductor como a los ocupantes. La dirección es imprecisa y sintética, quizá se podría añadir el calificativo de cómoda, y el chasis es demasiado tosco y no absorbe bien las juntas transversales, es decir, bastante incómodo. Y deportivo tampoco es, llegando incluso a desplazarse en alguna ocasión al encontrarse con irregularidades en las curvas.
Conclusión
Ese es el precio de salida del Latitude, que a base de añadir niveles de equipamiento y aumentar la potencia de sus motores puede llegar a rozar los 40.000 euros (es el caso del acabado Initiale para el motor de 240 cv).
En cuanto al equipamiento, lo más destacado es el sistema de climatización de tres zonas, el asiento del conductor con masaje y memorias, el mencionado difusor de aromas y el sensor de toxicidad, así como el nuevo sistema de navegación Carminat TomTom Live.
Esta gran berlina francesa va a tener muchas dificultades a la hora de competir contra la competencia ya consolidada, incluso contra la que procede de Francia (Renault Laguna, Citroën C5 / C6 y Peugeot 508). No existe nada que el Renault Latitude sepa hacer mejor que otros y, además, no nos causa ninguna sensación especial. Se trata de una cara más entre la multitud para gente a la que no le gusta llamar la atención, pero que pese a todo busca algo de lujo. ¿Existe una especie como ésta? .
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