Chipre es una de esas joyas del Mediterráneo que conjugan espectaculares paisajes con una riqueza cultural e histórica que solo se da en los territorios que han sido conquistados una y otra vez.
Y es que el viajero que visite la isla, cruce natural entre Oriente y Occidente, puede rastrear las huellas que dejaron griegos, romanos, bizantinos, venecianos, otomanos y británicos, ademas de disfrutar de un gran número de actividades al aire libre, gracias al clima propicio.
Isla chipriota... y turca
Antes de nada, hay que aclarar que la República de Chipre solo abarca los dos tercios de la isla, donde viven los grecochipriotas. El resto del territorio fue ocupado militarmente por Turquía en 1974 dando lugar a la República Turca del Norte de Chipre, habitada por los turcochipriotas. Además, el Reino Unido mantiene dos enclaves soberanos, Acrotiri y Dhekelie.
Una vez esclarecido el reparto de la isla, empezamos este recorrido por sus atractivos en la capital de la zona griega, Nicosia. Lo mejor es comenzar la visita en el casco viejo, rodeado por una muralla veneciana con el correspondiente foso. Las angostas callejuelas de la parte antigua la ciudad son un lugar perfecto para adquirir artesanía local o saborear las delicias de la gastronomía chipriota, entre las que destaca el queso halloumi.
La región de Pafos merece una visita
La catedral de San Juan (edificada en el siglo XVII y decorada en el XVIII), el Museo Bizantino (que alberga una excelente colección de mosaicos e iconos religiosos del siglo VIII al XVIII) y el Museo de Chipre (con la mejor colección de vestigios arqueológicos de la isla), son visitas recomendadas.
Fuera de la capital, vale la pena visitar la región de Pafos, uno de los destinos turísticos más atractivos de la isla. Además de bellas playas, la zona acoge un recinto arqueológico que conserva los restos de varias villas romanas, y la Tumba de los Reyes, que data de la época helenística romana.
Y es que el viajero que visite la isla, cruce natural entre Oriente y Occidente, puede rastrear las huellas que dejaron griegos, romanos, bizantinos, venecianos, otomanos y británicos, ademas de disfrutar de un gran número de actividades al aire libre, gracias al clima propicio. Isla chipriota... y turca
Antes de nada, hay que aclarar que la República de Chipre solo abarca los dos tercios de la isla, donde viven los grecochipriotas. El resto del territorio fue ocupado militarmente por Turquía en 1974 dando lugar a la República Turca del Norte de Chipre, habitada por los turcochipriotas. Además, el Reino Unido mantiene dos enclaves soberanos, Acrotiri y Dhekelie.
Una vez esclarecido el reparto de la isla, empezamos este recorrido por sus atractivos en la capital de la zona griega, Nicosia. Lo mejor es comenzar la visita en el casco viejo, rodeado por una muralla veneciana con el correspondiente foso. Las angostas callejuelas de la parte antigua la ciudad son un lugar perfecto para adquirir artesanía local o saborear las delicias de la gastronomía chipriota, entre las que destaca el queso halloumi.
La región de Pafos merece una visita
La catedral de San Juan (edificada en el siglo XVII y decorada en el XVIII), el Museo Bizantino (que alberga una excelente colección de mosaicos e iconos religiosos del siglo VIII al XVIII) y el Museo de Chipre (con la mejor colección de vestigios arqueológicos de la isla), son visitas recomendadas.
Fuera de la capital, vale la pena visitar la región de Pafos, uno de los destinos turísticos más atractivos de la isla. Además de bellas playas, la zona acoge un recinto arqueológico que conserva los restos de varias villas romanas, y la Tumba de los Reyes, que data de la época helenística romana.
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