¿Piensa Katy Perry en sus padres, dos estrictos pastores evangélicos, cuando baila al ritmo de la canción profana California Gurls, cada pecho embutido bajo un pastel de fresa de poliéster que ha sido primorosamente cosido a la cazuela copa C del sujetador? ¿Les saca acaso la lengua desde esos suflés rosas cuya cumbre coronan, descaradas, un par de guindas dulces? ¿O recuerda los largos sermones de las misas de su niñez cuando ensambla en el sostén unos botes de spray a presión y empieza a repartir, sin clemencia, descargas de nata acaramelada?

Tal vez el desnudo celestial que adorna la carátula del nuevo álbum esté dedicado a sus compañeras de las colonias religiosas de verano: quiere que sepan que existe un paraíso secular y divertido. Y la letra del single que la dio a conocer en todo el mundo, I kissed a girl (Yo besé a una chica), sea en realidad una melodiosa respuesta a las enseñanzas recibidas durante años en un colegio cristiano. Al principio ni siquiera su discográfica estaba segura de que fuera conveniente incluir ese tema en el disco, ¡qué idiotas! Durante un tiempo, en las entrevistas, no hacían más que preguntarle si era cierto que había besado a una mujer. No lo era… o sí, la respuesta dependía del día. "Me gusta besar a chicos, pero si Angelina Jolie o Gisele Bündchen llamaran, ¿quién les haría ascos?", respondía de cuando en cuando. Luego se reía, pícara. Por su parte, el Daily Mail recogió unas supuestas declaraciones de su progenitora en las que tachaba la canción de "vergonzosa y repugnante". La cantante las desmintió.

Katy Perry tiene 26 años y unos ojos azules, grandes y redondos. Si los abre mucho como si estuviera asustada –lo hace a menudo, es muy teatrera- parece angelical e inocente. Después sonríe con una dentadura blanquísima, encantadora, y nunca se ha visto a una joven más feliz. Hasta que guiña un ojo para revelar que entre tanto candor hay una lolita guerrera, una princesa chic y provocadora. Además, habla por los codos, es muy simpática.

Con frecuencia señala que Madonna y Alanis Morissette fueron cruciales para su carrera musical: la primera elogió públicamente en 2007 una de sus composiciones, Ur so gay, poniendo sobre su pista a la prensa especializada; la otra, la inspiró. También le gusta repetir que es "un libro abierto" y que en las letras de sus CD vuelca todos sus sentimientos. Ella las entona con voz cruda y poderosa.

Una hilera de amores vertiginosos

En 2008 se convirtió en una de las artistas estadounidenses de disco pop más cotizadas y en flamante protagonista de las páginas cuchés. Por ellas desfiló su romance con el líder de la banda Gym Class Heroes, Travis McCoy, que se rompió en diciembre de 2008 tras un año y medio de idas y venidas y que siguió coleteando todavía unos meses más. Se decía que ambos habían planeado casarse. Perry admitió que la ruptura había sido dura.

Pese a que su amigo Perez Hilton le aconsejó estar sin hombres durante una temporada y entretenerse mientras con algunos juguetes sexuales, la joven comenzó a salir unos meses después con el comediante británico Russel Brand, de 34 años. En noviembre la pareja contrajo matrimonio en India. Perry explica así la rapidez con la que ambos han consolidado su relación: "Si encuentras a alguien adecuado, ¿por qué esperar? Además, tengo que contarle a alguien cuando llego a casa que he estado de cena con Paul McCartney o que he conocido a Madonna. Si no, me sentiría muy sola”.

Pestañas postizas y 'retroglamour' japonés

La cantante define su estilo textil -que es seguido de cerca por las revistas de tendencias- como el de "una lolita que se topa con el glamour del viejo Hollywood".

Para los días de concierto, usa largas pestañas postizas de una prestigiosa marca japonesa; para el resto, emplea otras más corrientes.

Admite que le gusta experimentar con la ropa y disfrazarse, algo que le ha llevado en alguna ocasión a ocupar la lista de las peor vestidas. Recuerda con emoción el modelo que lució en una de las galas de los Premios MTV, un vestido de volúmenes y cancanes minifaldero que contenía todos los colores del arco iris. Los labios los pinta rojos y satinados. Y adora el estilo burlesque y sexy de Dita Von Teese. Cyndi Lauper también es una inspiración.

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