La Conselleria de Educación va a aprobar una orden para regular la instalación de cámaras de videovigilancia en los centros educativos valencianos. Dos años después de la polémica por la presencia de estos dispositivos en el instituto de Abastos de Valencia, incluso en los baños de chicas, el departamento que dirige Alejandro Font de Mora ha presentado a padres, alumnos y sindicatos docentes el borrador del texto, que pretende “adaptar la normativa estatal a la valenciana”.
Detrás de esta intención de armonizar reglamentos están las peticiones de los propios centros, a quienes se darán orientaciones generales cuando soliciten la instalación de equipos de grabación.
De hecho, una quincena de institutos de Secundaria de la Comunitat ya los tienen. “Se trata de contar con una orden específica que velará por preservar la intimidad” de la comunidad educativa, al tiempo que se garantiza la seguridad del centro y del entorno, finalidad última de los equipos directivos que optan por la instalación de estos sistemas.
Institutos como el de Abastos y Misericordia, en Valencia, ya cuentan con videovigilancia. Las cámaras suelen estar "en centros de grandes dimensiones" y la normativa se basará en la legislación de la Agencia Española de Protección de Datos y en la preservación del derecho a la intimidad. La orden crea un fichero de videovigilancia de los centros que tienen cámaras instaladas para “disponer de las imágenes de las personas físicas que acceden” a ellos "por motivos de seguridad" en el recinto, según detalla el borrador del texto. Los responsables del tratamiento de las imágenes serán los directores de los propios institutos.
Vandalismo y robos
Los principales problemas de inseguridad están relacionados con vandalismo en forma de destrozos, robos de material escolar y a alumnos, e incluso trapicheo de drogas, aunque éste último está más en el entorno que en el interior de los centros.
El presidente de la Asociación Directores Institutos Secundaria, Vicent Baggetto, asegura que la situación global “ha mejorado”, aunque “hay zonas más conflictivas en las que puede haber problemas puntuales: explosiones producto de una mala nota o la actuación de pandillas son difíciles de prevenir”.
La polémica por filmar en los baños
El IES Abastos de Valencia se convirtió en el ojo del huracán de la polémica en noviembre de 2008, cuando decidió instalar 24 cámaras en distintos puntos del centro para atajar la inseguridad, entre ellos los lavabos de chicas. Una investigación de la Agencia Española de Protección de Datos y una denuncia de los alumnos ante la Inspección hicieron que la dirección las retirara de los baños y no instalara un sistema de reconocimiento de huellas para el acceso.
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