El tercer título de la 63 temporada de ópera de Oviedo, Katia Kabanova, llega al teatro Campoamor, bajo la dirección de escena de Tim Albery, que recalca de esta producción un decorado "de paredes bajas y muchas puertas pequeñas, que pretende mostrar una vida claustrofóbica y que sugiere un mundo de mentiras, hipocresía y represión".

Así lo ha dicho este jueves el director artístico de la Fundación Ópera de Oviedo, Javier Menéndez, durante la presentación de la obra, que ha hecho una descripción de esta producción "escrupulosa", aludiendo a su director de escena.

Por otra parte, Javier Menéndez ha apuntado que a pesar "de todos los problemas" que han surgido para poner en marcha "esta Katia", y después de cuatro cancelaciones, se ha logrado un cast de "altísimo nivel". Ha afirmado además que todos los actores "cumplen con el desarrollo psicológico y teatral de los personajes", y que la presencia de Valdés es "garantía de éxito".

El director musical, Max Valdés, se ha referido a la velocidad del diálogo y de las acciones "que se traslada a la música" y es lo que hace, ha insistido, que esta obra sea "difícil". Son los diálogos rápidos de esta obra, los que hace que "el concepto de melodía cambie", ha asegurado. "Hablar cantado es la clave".

Asimismo, ha indicado que los momentos de mayor belleza musical tiene que ver con la sinceridad en el amor, en particular, de su protagonista, Katia, intepretada por Janice Watson. De ella, Valdés ha resaltado "una nobleza melódica".

Por su parte, Janice Watson, ha dicho de su personaje que todo lo que hace está "muy bien delineado y definido". Lo más difícil para Watson es "controlar la emoción y seguir cantando bien".

El director de escena Frederic Wake-Walker ha destacado la psicología de los cantantes y que, ante esta obra, el espectador "ve la mente de los personajes" que, independientemente de "su brutalidad", ha dicho, son "muy humanos".