BIO Licenciado con matrícula en Ingeniería Aeronáutica, en 1998 se convirtió en el primer español en viajar al espacio. Astronauta de la Agencia Europea y premio Príncipe de Asturias, tiene 3 hijos y adora el buceo. Nació en Madrid en 1963.

¿Ya sabe de dónde venimos?

Ni yo ni nadie todavía, pero espero que en no más de diez o quince años tengamos una probabilidad alta de saberlo. Por supuesto, también me gustaría saber adónde vamos. Y esto no es cuestión de estudiarlo, depende de nosotros.

¿Cómo se percibe la mano del hombre desde una nave?

Casi todo lo que se ve son cosas tristes: los vertidos de petróleo en el agua, la tala indiscriminada de árboles, los fuegos intencionados… También se ven las pirámides, las luces y, sobre todo, los invernaderos de Almería.

¿Y el reparto de la riqueza?

Donde hay fronteras rectas: entre Egipto e Israel se ve quién tiene riqueza y riegos y quién no; también, cómo los Estados Unidos utilizan el agua del río Colorado, en detrimento de México, o los bosques conservados de Guatemala frente a los talados de Chiapas…

Si la inversión espacial sale rentable, ¿por qué no ceden los países más fondos? ¿Temen que se los trague un agujero negro?

Yo también me sorprendo muchísimo de esa paradoja. Seguramente tendría que haber más gente versada en tecnología entre quienes toman las decisiones.

En el Laboratorio Europeo Columbus se realizarán investigaciones comerciales, médicas… ¿Hay que distanciarse del mundo para cubrir necesidades?

Eso es un principio general científico: para saber en qué influye algo sobre otra cosa, hay que estudiar la cosa fuera de la influencia de este algo y comparar. Los satélites son la mejor tecnología para estudiar el calentamiento, la contaminación, la deforestación…

Controlando a los políticos…

¡Dios nos libre de pensarnos por encima de ellos! Estas tecnologías están al servicio de un poder político que cree en la bondad del protocolo de Kyoto y que quiere medir. Y la Agencia Espacial Europea (ESA) tiene la capacidad de hacerlo.

¿Son buenas amigas la ESA, la NASA y la Agencia Espacial Rusa, o suele haber algunas miradas por encima del hombro?

La cooperación es muy intensa en muchas áreas, pero cuando se reparten los proyectos, cuesta acordar quién hace qué parte. Todos queremos hacer la más complicada e innovadora, y los europeos podemos estar orgullosos de nuestras capacidades.

Dijo a los niños: «No os rindáis y levantaos cuando os caigáis». ¿Complejo de entrenador?

Eso lo debe de haber dicho un señor mucho más sabio que yo. Todos tenemos que intentar aplicarnos cosas como ésa ante las dificultades.

Casi todo chavalillo sueña con ser astronauta, pero al final lo consiguen muy pocos. ¿Es sólo para cerebrillos?

Tiene un factor de suerte muy grande, se requiere a uno de mil. Pero ahora mismo cualquier niño europeo, si se esfuerza, tiene la oportunidad de ser lo que quiera, no como en otros tiempos; y siempre podrá trabajar en los programas espaciales, aunque no sea como astronauta.

Han viajado 400 personas al espacio, y sólo usted es español. ¿Siente orgullo patrio o universal?

Como funcionarios internacionales de la Agencia Europea debemos tener un grado de neutralidad. Según donde estés, acabas siendo europeo o español, para llegar más a los niños. Pero como ciudadano del mundo, no veo las cosas desde el orgullo.

¿Qué se llevaría al espacio pero no le dejan?

Toneladas de libros y mejores cámaras de las que hay. No es lo mismo lo que se captura desde la nave que lo que se ve en las fotos. También a mi mujer, pero no a mis hijos hasta que no sean adultos, por la radiación del espacio.

Y nada de videojuegos…

¿Para qué llevarse una Play si das una vuelta al mundo cada noventa minutos?

Rescate sensaciones que se traería a la Tierra…

Me gustaría que existiera lo que todo el mundo cree que existe, una habitación donde poder flotar, la ingravidez. Es muy cómoda, permite hacer mucho con poco esfuerzo.

También existirá un lado oscuro: el miedo, la fobia, el estrés…

Si la gente comprara el billete sin más y se montara en la nave, le daría un patatús de claustrofobia. En general, tratan de que te hayas preparado antes, aunque durante la primera parte en la ingravidez se vomita bastante.

Sabemos que un 2% de los vuelos espaciales podrían acabar en catástrofe.

La única manera que hay para seguir adelante es cerrar la puerta, olvidarse de los riesgos y ser eficaz.

¿Crece la espiritualidad allí arriba?

Crecería, o decrecería, si no tuvieras tanto que hacer.

¿Hay mayor vértigo que la constante expansión del universo?

Yo, aquí sentado, no siento el universo, ni tan siquiera el vértigo de estar en una bola muy grande que flota en un enorme vacío.

¿Soñaremos algún día con ser extraterrestres?

Creo que no. La Tierra tiene 17º, capa de ozono y hay lugares en los que no necesitas más que ir al árbol y coger la fruta para vivir. Tendríamos que estropear muchísimo la Tierra como para que se convirtiera en algo tan malo como ahora son los otros planetas.

¿Sí al turismo espacial?

Los gobiernos no pueden estar todo el tiempo sufragando el desarrollo espacial, así que lo normal será que el espacio forme parte del mercado como lugar de vacaciones, con una estación espacial acondicionada, pilotos y azafatas bien formados. Es un paso muy grande, que daremos dentro de no mucho.

Las últimas palabras de un astronauta en Tierra son…

Es famoso lo que dijo Gagarin: «Vamos allá».

En dos palabras

«Sólo miento en las entrevistas»

Sin respirar

«No me gusta nada fallar»