Edurne Pasaban, la primera alpinista que ha ascendido las catorce cumbres más altas del planeta, ha destacado que ha "disfrutado" su último 'ocho mil', el Shisha Pangma, que coronó el pasado mes de mayo, "con la misma pasión" que el primero, el Everest, que alcanzó en mayo de 2001.

"El último ochomil lo he disfrutado igual que el primero", ha subrayado la deportista guipuzcoana, para quien "esto es lo más grande que puede tener un deportista".

Así, aunque ha reconocido que la primera gesta la realizó "con menos medios" y cuando "nadie" la conocía, Pasaban ha dicho que "se siente casi lo mismo".

Se ha expresado así en una rueda de prensa que ha ofrecido este miércoles en Santander, previa a la conferencia que ofrecerá en el Palacio de Festivales y en la que relatará sus experiencias y vivencias en el desafío que ha supuesto la coronación de los catorce ochomiles.

Acompañada por el consejero de Cultura, Turismo y Deporte de Cantabria, Francisco Javier López Marcano, y Miguel Ruiz, en representación del Club Alpino Tajahierro, la alpinista ha explicado que la "acercó" a este deporte su "pasión" por la montaña, una afición que compartía de joven con sus amigos.

Así, con 16 años prefería irse un domingo a las ocho de la mañana a escalar con sus amigos que quedar por la tarde con sus amigas para "comer pipas", por ejemplo.

"LOS 14

Ochomiles han caído por su propio peso"

De esta forma, lo que comenzó como un hobby, motivado también por la oportunidad de estar al aire libre y en contacto con la naturaleza, se convirtió en una "pasión". Por ello, "terminar los 14 ochomiles" es algo que "ha caído por su propio peso".

Pero Edurne Pasaban "nunca" pensó que completaría el ascenso a las cumbres más altas del planeta, ya que "no era mi objetivo", según ha apostillado.

Compensan las dificultades y riesgos

Tras reconocer que lo ha pasado "muy mal" debido a "momentos difíciles", la alpinista ha valorado que "los malos momentos se olvidan enseguida", y ha asegurado que, pese a que sus 37 años no han sido "nada fáciles", se siente "muy feliz".

Y aunque reconoce que resulta "muy difícil" explicar a un persona con una vida "tranquila" y "normal" cómo su "pasión" por la montaña "engancha tanto", la deportista ha asegurado que le "compensa" las dificultades y riesgos que corre en una disciplina en la que, a veces, se "juegan la vida".

En este sentido, Edurne Pasaban ha recomendado que todo lo que haga una persona a lo largo de la vida, "sea lo que sea", "lo haga por pasión".

"picos de europa,

Lo más grande del mundo"

La alpinista se ha referido también, a preguntas de los periodistas, a Picos de Europa, y ha subrayado al respecto que un paraje como éste se puede encontrar "en muy pocos sitios del mundo". "Creo que tenemos lo más grande", ha apostillado.

Y en relación a la conferencia que impartirá en el Palacio de Festivales, y que intercalará con videos de sus hazañas, ha confesado que se siente "un poco nerviosa" ante el aforo, que es de más de 1.600 personas.

Por último, ha agradecido las ayudas y colaboración de administraciones como la Consejería de Deporte cántabra hacia el alpinismo, un deporte "bastante minoritario".

Edurne pasaban

Bajo el título '14 x 8.000', la conferencia tendrá lugar a las 20 horas, en la sala Argenta del Palacio de Festivales.

Edurne Pasaban (Tolosa. Guipúzcoa.1973) se convirtió recientemente en la primera mujer en el mundo en ascender a los 14 ochomiles (montañas de más de 8.000 metros), tras denegarse el mérito a la surcoreana Oh Eun-Sun.

La deportista completó su gesta el 17 de mayo de 2010 tras coronar el Shisha Pangma. El desafío de Edurne comenzó en el Everest el 23 de mayo de 2001.

Entre ambas fechas, se encuentran sus ascensiones al Makalu (8.465 m), Cho Oyu (8.201 m), Lhotse (8.516 m), Gasherbrum II (8.035 m), Gasherbrum I (8.068 m), K2 (8.611 m), Nanga Parbat (8.125 m), Broad Peak (8.047 m), Dhaulagiri (8.167 m), Manaslu (8.156 m), Kangchenjunga (8.598 m) y Annapurna (8.091 m).

Acompañada, en sus últimas ocho ediciones por el programa de TVE 'Al filo de lo imposible', Pasaban prepara su próximo desafío para la primavera de 2011: subir el Everest sin oxígeno.