Los apellidos que empiezan por las últimas letras del alfabeto podrían tener los años contados si finalmente prospera la ley que pretende acabar con la primacía del varón a la hora de apellidar a los hijos. El objetivo es que si una pareja no se pone de acuerdo a la hora de decidir qué primer apellido debe llevar su vástago, si el de él o el de ella, la disputa se solucione con una elección alfabética. Alonso irá antes que Rodríguez. Lo mismo pasará si la pareja se inhibe para no crear un conflicto: se utilizará el orden alfabético.

Dos estudios distintos han demostrado que esta elección alfabética va a ser letal para muchos apellidos españoles, sobre todo para los que empiezan por las últimas letras. El Instituto de Física Interdisciplinar ha cuantificado "el tiempo que sobrevivirían ciertos apellidos si en el 50% de los casos las parejas no se ponen de acuerdo", señala a 20 minutos Raúl Toral, uno de los físicos investigadores.

Con ese parámetro (50% de desacuerdo) los apellidos que empiezan por las letras finales del alfabeto sólo sobrevivirían 4,6 generaciones, unos 115 años. Para llegar a ese cálculo han seleccionado los 100 apellidos más comunes. En poco más de un siglo los que empiecen de la 'r' a la 'z' quedarían reducidos a un 10% del total de los que hay ahora. Actualmente hay 930.000 Rodríguez. En 115 años sólo quedaría un 10%, unos 93.000.

Qué decir tiene que sería el final de los Rajoy y los Zapatero. Hoy sólo hay 194 Rajoy y 2.590 Zapatero. Quedarían 19 Rajoy y 260 Zapatero. "Hay que tener en cuenta que el cálculo está hecho en base a que haya un 50% de desacuerdos", recuerda Toral. Obviamente no hay datos del número de parejas que no llegan a un acuerdo. Porque en caso de disputa prima el del padre. Lo que sí hay son datos de los que han llegado a un acuerdo para que prime el apellido de la madre. De los 492.931 bebés que nacieron en España en 2009, sólo 1.345 (un 0,27%) se apellidan en primer lugar como mamá, según datos del Ministerio de Justicia.

Desaparecerán

El economista Abel Fernández, de la web Sintetia.com, va más allá y ha realizado una simulación con 100 individuos con apellidos distintos (no hace falta que sean los más comunes). Después de siete generaciones, 98 de los 100 apellidos habrían desaparecido. Para Fernández, lo más justo, "si queremos preservar todos los apellidos es utilizar un sorteo aleatorio, pero nunca el orden alfabético". El Gobierno, en boca del vicepresidente Rubalcaba, ya se ha mostrado abierto a replantear el orden alfabético en casos de conflicto entre los progenitores, aunque no renunciará al principio de igualdad. Lo que está claro es que no quieren que prime el apellido del padre.