"Á todas las personas que tienen compañias de representaziones no traigan en ellas para representar ningun personaje muger ninguna, so pena de zinco años de destierro del reyno y de cada 100.000 maravedis para la Camara de Su Majestad". Así rezaba el texto que prohibía actuar a las mujeres en la Castilla de 1586. Hasta el siglo XVI eran varones los que interpretaban los papeles femeninos. La incorporación de ellas fue paulatina. La posibilidad de que una mujer dirigiera a una compañía ni se contemplaba.

En otras áreas culturales, analizar el papel de las féminas en la historia no resulta más alentador. Ni en la fotografía, cuyo origen remoto como ciencia encontramos en la primera mitad del sigloXIX. Sirva como ejemplo cómo el trabajo de la fotoperiodista de guerra alemana Gerda Taro quedó oculto tras el nombre de su pareja, Robert Capa.

Oscar a una realizadora

Tampoco en las artes cinematográficas, posibles desde finales del siglo xix. Recordemos que Kathryn Bigelow fue el pasado 7 de marzo la primera mujer premiada con un Oscar a la Mejor Dirección.

En la literatura, ellas tampoco lo han tenido fácil. Aún en el siglo XX hallamos casos de escritoras que tuvieron que recurrir a un seudónimo para firmar, como el de Caterina Albert, que utilizaba el nombre de Víctor Catalá.

¿Y en la música? Las mujeres no pudieron formarse como compositoras hasta mediados del siglo pasado, cuando, tras la II Guerra Mundial, se les dio acceso con carácter general a las instituciones educativas. Esto no significa que con anterioridad no hubiera compositoras entre las clases sociales más pudientes, como Barbara Strozzi, en el sigloXVII. Pero, ya se sabe, era música para mujeres...

"Este avance ya no tiene marcha atrás". Marta Belaustegui actriz y directora de mujeres en dirección.

Belaustegui está al frente desde 2006 de la Semana Internacional de Cine Ciudad de Cuenca, Mujeres en Dirección, "un festival que lucha por la igualdad y por dar visibilidad al trabajo que realizan las directoras". Su equipo de trabajo es paritario, algo "bueno para todos", y cree que las leyes que apoyan la presencia de las directoras de cine son "absolutamente necesarias". Piensa que la mujer en el ámbito laboral ha avanzado mucho, y que este avance "ya no tiene marcha atrás".

"Me he topado con actitudes paternalistas". Espido Freire, escritora y empresaria.

La ganadora del Premio Planeta 1999 afirma que por ser mujer se ha topado "con juicios hechos a priori, con opiniones no deseadas" sobre su aspecto o su vestuario y "con actitudes paternalistas, quizás agudizadas por haber comenzado muy joven". No tolera que la traten "como a una madre que solventa problemas", aunque afirma que en general recibe un trato correcto de sus compañeros.

"Vamos por buen camino". Natalia Menéndez, directora teatral

La directora del Festival de Teatro Clásico de Almagro considera que quienes le han puesto dificultades en el ejercicio de su profesión son "hombres muy mediocres" y se queda con los "hombres de altura" que la han ayudado "como a un compañero". Cree también que lo que ha hecho el Gobierno con la equidad "ha servido" y que puede ayudar a que "la evolución" de la mujer en el terreno profesional sea "más clara y contundente". Al respecto, piensa que se va "por buen camino".

"Algo va lento en la sociedad". Pilar Jurado, soprano, compositora y directora de orquesta

Para Pilar Jurado, que ella sea la primera mujer que recibe un encargo del Teatro Real prueba que "algo va lentito" en esta sociedad. Reivindica "las causas" como mujer, pero no quiere que se las meta "en ningún tipo de gueto". Las "mezquindades" que ha soportado prefiere dejarlas a un lado. Y entre risas afirma: "La pasión que ponemos las mujeres en lo que creemos ha beneficiado mucho a los hombres".

"A nivel profesional había reticencia". Cristina García Rodero, fotógrafa.

La primera persona española en la prestigiosa agencia Magnum recuerda cómo en 1973, cuando empezó a trabajar como reportera, era una "excepción", y así se la veía. Cuenta que en lo personal confiaban más en ella, pero en lo profesional "había reticencia". Aunque, sobre todo al principio y "en casos aislados" recibió un trato peor, su relación con los compañeros en general ha sido "estupenda". Y, bromeando pero en tono serio, asegura: "Si alguien me trata mal por ser mujer, lo maldigo, ¡y a hacer puñetas!".