El 44% de los españoles sufre más estrés y tensión que hace dos años y duermen cada vez peor debido a la crisis económica. Así se desprende de un estudio de la Fundación Pfizer sobre el impacto de la crisis económica en la salud y calidad de vida de los españoles. El informe se basa en 1.200 entrevistas realizadas en octubre de 2010 y ha sido presentado este jueves en el VII Foro de Debate Social.

Y es que, según los datos ofrecidos, los españoles ven negro el futuro del país, ya que casi la mitad de los trabajadores por cuenta ajena teme perder su empleo en el próximo año (44,3%), el 75% de autónomos y empresarios sospecha que la situación laboral irá a peor y el 86,2% de los desempleados ve difícil encontrar un puesto aceptable.

La preocupación primordial para el 26,3% de los encuestados es el trabajo, seguido de la salud, el empleo de un familiar y la crisis económica en general. Más de la mitad de los españoles afirma que ha tenido que cambiar de costumbres o renunciar a algo, como los viajes y el ocio.

Esta "situación anímica" de los españoles no tiene porque ir ligada a hechos objetivos, teniendo en cuenta que casi la mitad de los encuestados declara que su situación personal y familiar es en la actualidad igual que hace dos años.

El 28% de los interpelados manifiesta que su calidad de vida ha empeorado, sobre todo, debido a que los ingresos son menores o a que su salud se ha visto deteriorada. Los porcentajes de preocupación de los españoles que arroja la encuesta en cuanto al posible deterioro de los servicios sociales son muy elevados.

Mientras que para la mitad de los ciudadanos la atención sanitaria ha alcanzado un nivel bueno o muy bueno, al 70,1% le preocupa su posible deterioro a corto y medio plazo. No obstante, para seis de cada diez la calidad de la atención médica que ha recibido en 2010 no se ha visto modificada con respecto a años anteriores. Al 69,9% de la población le inquieta que empeore el sistema educativo público; el 73,2% siente lo mismo respecto a las prestaciones y pagos a jubilados y pensionistas, y el 73,7% sobre los subsidios y atención a los desempleados.

En cuanto a los hábitos alimentarios, el 74,6% opina que son los mismos, mientras que el 32,2% reconoce que ha tenido que modificar la cesta de la compra habitual debido a la crisis, sobre todo comprando más barato. Respecto a la frecuencia de las prácticas de cuidado personal y del aspecto físico, el 41,9% de los encuestados que confirma un disminución lo achaca a motivos económicos, y el 26,4% a falta de tiempo.