La Audiencia Provincial de Jaén ha condenado a un joven de 20 años a un año de prisión y 1.000 euros de multa por un delito de agresión sexual y otro de malos tratos habituales contra su ex novia, que en el momento de los hechos tenía 12 años.

La Audiencia ha absuelto a J.C.U. de dos de los tres delitos de agresión sexual de los que se le acusaba, uno por ser el condenado menor edad y otro por considerar los hechos insuficientemente probados.

J.C.U. fue acusado como presunto autor de agresiones sexuales, malos tratos, y amenazas hacia la que fuera su novia, según ha avanzado Ideal en su edición de este jueves. Las dos últimas acusaciones han sido desestimadas.

En la vista oral, que se celebró el pasado viernes, el acusado explicó que eran vecinos y mantuvo una relación de noviazgo con la niña desde febrero hasta agosto de 2008 y "nunca" la trató con violencia ni tuvo celos o la alejó de sus amistades, siendo ella la que intentó separarlo de su círculo.

Igualmente, el procesado negó que en el verano de 2008 llamase en varias ocasiones a la víctima, entonces con doce años, para que le instalara programas en el ordenador que tiene en su habitación o mostrarle fotos con la intención de abusar de ella amenazándola con pegarle o contar cosas a sus conocidos. También aseguró que es falso que una vez le rodeara el cuello con el cable del cargador del móvil al acusarla de que salía con otro, como había asegurado la menor.

J.Ch.U. añadió que "la respetaba mucho" y terminó la relación en agosto de porque "iba a hacer la mayoría de edad, tenía otros pensamientos y quería estar a mi aire". "Ella nunca me dijo que me quería dejar a mí, desde agosto no nos veíamos y dijo que como la dejara me iba a arruinar la vida", apuntó.

La versión de la menor, no obstante, es totalmente contraria. Dijo que la relación acabó en marzo de 2008 tras empezar a ir mal porque le decía que no se juntara con nadie y la trataba "muy mal". Meses después, fuera de la relación, según precisó, fue cuando ocurrieron los episodios de abusos. En concreto ha relatado tres entre julio y septiembre de ese mismo año, siempre en la habitación del acusado y con la puerta cerrada. "Yo no quería hacerlo", insistió.

Preguntada sobre las razones por las que volvió a ir a casa de su ex novio, ha indicado que estaba amenazada y tampoco lo contó "por vergüenza". Finalmente, el 1 de diciembre de 2008 le explicó lo que le ocurría a una amiga —que en la vista ha dicho no recordarlo porque le prestó "poca atención"—, quien le recomendó hablar con sus padres. Así, tras narrar lo que pasaba a su madre, denunciaron los hechos, por los que ha necesitado tratamiento psicológico y psiquiátrico.