Según los últimos datos facilitados por la Estrella de David Roja (el equivalente a la Cruz Roja), 216 personas resultaron heridas y fueron atendidas por distintos equipos médicos, entre ellas 166 tuvieron que ser hospitalizadas.
Fuentes de la Estrella Roja de David confirmaron que entre los heridos hay un policía en estado grave a causa de un bloque de cemento que los colonos lanzaron a los agentes desde un tejado, y que ha sido trasladado a un hospital de Jerusalén.
También se cuentan dos diputados de las extrema derecha, Efi Eitam y Arie Eldad, este último ingresado en un centro médico con fracturas en un brazo.
La evacuación de Amona, decidida por el Gobierno israelí hace unos días y ratificada por el Tribunal Supremo de Israel el miércoles por la mañana, dio lugar a una ola de disturbios en la zona, donde estos últimos días se habían atrincherado entre 2.000 y 3.000 colonos ultranacionalistas.
La mayoría de los manifestantes, de entre 14 y 20 años de edad, no son siquiera colonos sino que han llegado al asentamiento en respuesta a un llamado de los líderes nacionalistas para impedir su evacuación.
"(El primer ministro en funciones, Ehud) Olmert sigue el camino de Sharón, y lo único que quiere con nuestra evacuación es ganar las próximas elecciones", afirma Yosi Feinbeim, de 20 años, y quien llegó el martes a Amoná procedente de Jerusalén, con cinco amigos.
Nueve casas
La orden gubernamental autorizaba la demolición de nueves estructuras de cemento levantadas sin la licencia de las autoridades en una colina frente al asentamiento de Ofrá, pero no la evacuación de varias casas prefabricadas ubicadas en el mismo monte a unos cien metros.
Amona forma parte de un cinturón de enclaves numerados del 1 al 5 que rodean el de Ofrá, en una estrategia de los colonos para a crear una continuidad territorial en la zona que evite su evacuación en un futuro proceso de paz con los palestinos. La construcción de las nueve viviendas en Amona, así como en otra veintena de enclaves ilegales, fue denunciada hace dos años por el movimiento "Paz Ahora", que gracias a las presiones internacionales ha doblegado al Gobierno israelí para conseguir su evacuación.
Atrincherados en el interior y en los tejados, los manifestantes lanzaron a los agentes desde cubos de excrementos, pintura, agua y aceite, hasta huevos, lozas, bloques de piedra, o marcos de ventanas y puertas.
Tal y como ocurrió en Gaza, los colonos gritaban a los agentes "asesinos", "nazis" y "dictadores", o lemas como "un judío no expulsa a otro judío", mientras un guitarrista anónimo les alentaba a resistir desde uno de los tejados más tarde evacuado.
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