Manuel Rivas: "Todos deberían preguntarse quién tiene el poder ahora"

  • Acaba de publicar Todo es silencio.
  • En la novela examina la condición humana a través de una historia de contrabando y narcotráfico.
El escritor y periodista gallego Manuel Rivas.
El escritor y periodista gallego Manuel Rivas.
PACO VILARABOS
El escritor y periodista gallego Manuel Rivas.

El propio Rivas define casi sin querer, a lo largo de esta entrevista, su novela como una mezcla de Biblia y esperpento en la que todo es verdad pero todo es mentira. La historia del contrabando primero y el narcotráfico después en su tierra natal, Galicia, le sirve en Todo es silencio (Alfaguara) de trampolín para crear una obra que bien podríamos etiquetar como literatura contra el poder.

Creo que esta historia lo perseguía desde hace tiempo...

Sí, el germen está en una experiencia periodística de cuando era corresponsal en un diario de Galicia. Se me quedó rumiando. En Los libros arden mal trataba el fascismo ideológico, y en ésta, el económico.

¿Y por qué no un trabajo periodístico en vez de una novela?

Porque lo inaccesible es el tope del periodismo, la literatura puede ir más allá, traspasar lo inaccesible con la imaginación como instrumento.

La novela se está vendiendo como una historia sobre el narcotráfico, ¿comparte el 'letrero'?

Es una novela sobre la condición humana, eso es lo que realmente importa.

¿Qué simbolizan las drogas?

Cada droga explica una época y tiene un carácter simbólico; la coca, por ejemplo, es la droga del poder. El cambio del contrabando al narcotráfico supuso el paso de una internacionalización delictiva a una globalización delictiva. Pero lo que importa en todas las épocas es ¿qué pasa con el poder?, ¿qué le hace a la gente?, ¿cómo cambia y condiciona sus vidas? En mi novela, que es la historia de una metástasis, el poder va corrompiéndolo todo, hasta que corrompe el lenguaje.

¿Es para usted el poder sobre las palabras el mayor de todos?

Sí. En el proceso de apropiación, primero hay un poder mágico, un capitalismo mágico: tienes mucho dinero y puedes comprar cosas, incluso personas... Después viene la apropiación de las instituciones, luego las voluntades y, finalmente, el lenguaje.

¿Pudo Galicia convertirse en una especie de Sicilia?

Galicia tuvo un momento muy peligroso en el que pudo arraigar una estructura mafiosa de poder oculto. Se dio una situación de suspensión de las conciencias y ello lo hizo posible. Cuando ocurre esto hay mucha gente que se beneficia y gente que se queda al margen. Me pregunto si ahora no estará pasando lo mismo. Veo cierto paralelismo. El poder oculto consigue que el poder democrático vaya perdiendo espacio. Una cosa es quién gobierna y otra, muy distinta, quién domina. La pregunta que se deberían hacer todos ahora es ¿quién tiene el poder?

¿Escribiría sin denunciar?

El primer propósito del periodismo y la literatura es no dominar; ha de tener otra dimensión: denunciar. Además de entretener ha de avisar, ésa es la literatura que vale la pena.

¿Qué tiene de novela negra Todo es silencio?

Que la parodia. La auténtica novela negra española sería la que trata la guerra civil. Fue el gran escenario de la humanidad en el que se concentraron todos los vientos. ¿Cómo no ir a esa zona de sombra?

¿Por qué no ha querido usted llamar a Galicia por su nombre?

Con el nombre imaginario de Brétema es más real que si existiese en el mapa.

La primera escritura fue en gallego, ¿cuesta traducirse?

En algún caso lo pasé mal, pero no con ésta. Es muy creativo el abrazo entre las lenguas. Son relaciones eróticas. Las lenguas están deseando tocarse, abrazarse...; las culturas tienen ese apetito.

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