Los socios bávaros de Merkel aprueban endurecer las normas a la inmigración

  • Reclaman a los inmigrantes  integrarse en una "cultura de referencia".
  • El líder de la CSU promulga frenar la inmigración de musulmanes.
  • Asegura que "en Baviera no hay lugar para las sociedades paralelas".
Horst Seehofer interviene durante la inauguración de la convención de la CSU en Múnich.
Horst Seehofer interviene durante la inauguración de la convención de la CSU en Múnich.
PETER KNEFFEL / EFE
Horst Seehofer interviene durante la inauguración de la convención de la CSU en Múnich.

La Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), socia del gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, cerró este sábado su congreso con la aprobación de un catálogo de normas a los inmigrantes, a los que se reclama integración en una "cultura de referencia" alemana, basada en los valores cristianos.

"No soy un populista de derechas. Si lo que digo es radicalismo de derechas, entonces es que dos tercios de la población alemana es de la derecha radical", proclamó el líder de la CSU, Horst Seehofer, ante los 800 delegados del congreso, celebrado en Múnich.

Seehofer, con un discurso dirigido al ala más conservadora del partido, siguió la línea de unas controvertidas declaraciones suyas anteriores, en que promulgaba frenar la inmigración de musulmanes, y dijo que quien aspire a vivir en Alemania debe sujetarse a "sus leyes y cultura de referencia".

El líder de la CSU cerró así un congreso de renovación, en que su correligionario y ministro de Defensa, Karl-Theodor zu Guttenberg, logró el apoyo de las bases a la suspensión del servicio militar y se aprobó también la inclusión de una cuota para que un 40% de los cargos del partido sea ocupado por mujeres.

Ambas cláusulas suponen una pequeña revolución en esa formación, hermanada a la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel pero considerablemente más derechista que el partido de la canciller. Fuera de esos dos aspectos, el congreso de la CSU se sujetó a los principios tradicionalistas que definen a la formación bávara y se decantó por el conservadurismo "sin complejos" que postuló Seehofer.

El líder del partido trazó un panorama apocalíptico de las zonas de Alemania que, a diferencia de Baviera, "se obstinan en defender un modelo de sociedad multicultural que ha fracasado". Describió un Berlín en que "arden los automóviles y no se puede entrar en ciertas escuelas sin protección", lo que atribuyó tanto a la acción de la izquierda radical como de la permisividad frente a las "sociedades paralelas" donde rigen leyes islámicas. "En Baviera no hay lugar para las sociedades paralelas. Quien viva aquí debe aceptar las leyes de aquí", sentenció.

El congreso de la CSU se abrió este viernes con un discurso de saludo de Merkel, a la que se acogió con aplausos de cortesía, y con ovaciones a Guttenberg, al que se considera llamado a suceder a Seehofer. Guttenberg habló apenas quince minutos, mientras que el discurso de este sábado de Seehofer se prolongó cerca de dos horas.

El ministro de Defensa es, según los sondeos, el político más popular de país y se le considera destinado a tomar las riendas de la CSU en el congreso de 2011, en que se elegirá nueva cúpula. Guttenberg, aristócrata bávaro de 38 años, representa no sólo el futuro de la CSU sino que suena como sucesor de Merkel, a la que ni el auge económico alemán rescatan de su mal momento en los sondeos.

La prueba de fuego para Merkel, según los medios alemanes, serán las elecciones de Baden Württemberg, en marzo de 2011, que de saldarse con una derrota para la CDU podrían precipitar esa sucesión.

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