Peter Jackson, un superdotado del cine, se lanza a producir y dirigir 'El Hobbit'

  • Tiene 17 Oscar, millones de dólares y hasta logró satisfacer a los fanáticos de 'El Señor de los Anillos'.
  • Ésta es la vertiginosa carrera del director neozelandés, un grande del cine en la Tierra Media.
Peter Jackson, con algunos de los Oscar ganados con 'El señor de los anillos'.
Peter Jackson, con algunos de los Oscar ganados con 'El señor de los anillos'.
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Peter Jackson, con algunos de los Oscar ganados con 'El señor de los anillos'.

Dicen que le cuesta disimular el cansancio. Que, sin cumplir aún los 50, quedan lejos los días en los que parecía un niño enorme. Y no es raro: desde hace una década carga sobre sus espaldas con varios de los proyectos más homéricos del cine actual. ¿Quién había sido capaz, hasta entonces, de erigir un monumento cinematográfico del tamaño de El Señor de los Anillos? ¿Quién podía atreverse a rehacer otra vez King Kong? ¿Quién, y acaba de confirmarse, producirá y dirigirá El Hobbit, el díptico que dicen será la producción más cara de la historia? Un tren mastodóntico y maldito del que, sin rodar un fotograma, ya se ha bajado Guillermo del Toro y ha puesto en pie de guerra a Nueva Zelanda.

Es ahí, precisamente, donde hace 49 años nació Peter Jackson. Donde rodó sus primeras obras, que llamaron la atención de un Hollywood que después le entregaría un poder descomunal. Pero Jackson, casado desde hace 23 años con su guionista, Fran Walsh, padre de dos hijos y, pese a su fortuna, más proclive a vivir en la campiña neozelandesa que en Hollywood, no ha olvidado su tierra. En ella rodó El Señor de los Anillos y en ella, por fin y desde el próximo febrero, rodará el El Hobbit en 3-D.

Salvar al gorila

La suya es la arquetípica historia del niño prodigio. Hijo único, desde la casa familiar contemplaba los paisajes que después, y gracias a la infografía, él mismo transformaría en la Tierra Media. Sus padres, que murieron mientras él convertía en película la novela de Tolkien, soñaban con que fuese arquitecto, pero desde los ocho años Jackson sólo tenía una obsesión: el cine y, sobre todo, sus monstruos.

Él mismo lo ha confesado: el germen de esa pasión fue una película histórica, King Kong. La oronda cara del pequeño Jackson se retorcía de placer viendo al gigantesco gorila derrotando al dinosaurio. Los pequeños ojos del niño lloraban, sin remedio, al ver al Rey Kong caer desde el Empire State. Y, para salvar al primate bueno, empezó a construir muñecos con trapos y la piel de un viejo abrigo.

Después, claro, lo de siempre. El amigo de los padres que fascinado por la imaginación del niño le regala una cámara. El crío que la empieza a usar sin tregua: para copiar las películas que le gustan, para imaginar dramas bélicos, para imitar al mago de los efectos especiales, Harryhausen, filmando criaturas de plástico y animándolas paso a paso.

Así hasta que, con un presupuesto ínfimo, Jackson empieza a rodar en 1983 su primer largo: Mal gusto. Un chiste, una película hecha entre amigos y a base de efectos especiales, humor y vísceras, que narra la llegada a la Tierra de alienígenas hambrientos. Cuatro años después, la película estaba lista y, como si estuviera escrito en algún lugar, llegaba hasta el Festival de Cannes, donde entre lo más florido y millonario del cine hizo gracia. Y Jackson dejó su trabajo en una tienda de fotografía local y rodó, con más dinero pero el mismo desparpajo, Meet the Feebles (1990, sobre marionetas drogadictas y ninfómanas), Braindead: tu madre se ha comido a tu perro (1992, gore protagonizado por Diana Peñalver) y, aún en Nueva Zelanda, Criaturas celestiales (1994), la terrorífica historia de dos niñas que, incapaces de soportar la belleza del mundo, cometen el crimen más espantoso. Se corroboró la sospecha: había cineasta, y de los grandes.

El Señor de Hollywood

Obsesionado desde los 18 años con hacer una película de El Señor de los Anillos, Jackson rodó un título de encargo (Agárrame esos fantasmas, 1996) antes de convencer a las más grandes productoras para hacer realidad su sueño. Creó WETA, quizá la más celebrada empresa de efectos especiales digitales del mundo y, en su país, convirtió a Tolkien en cine. Triunfó: la recaudación total de las tres partes superó los 2.000 millones de euros. Gustó a los fanáticos de la novela. Y sumó 17 Oscar. No las dijo él, sino James Cameron, pero las palabras le calzaban como un guante: Jackson era el Rey del Mundo.

Subido a una montaña rusa gigante cumplió otro anhelo, King Kong (2005), y se entregó a proyectos más pequeños. Apadrinó District 9 (2009), dirigió una fallida obra intimista, Desde mi cielo (2009), y se repartió con Spielberg la producción y dirección de una trilogía sobre el Tintín de Hergé. Pero, por una vez, sus planes salieron mal: otra criatura tolkienana, El Hobbit, ha requerido su ayuda para evitar el desastre. Con Jackson en el timón, ahora sólo resta esperar algo enorme.

Las manías de un poderoso

Si hasta el altivo James Cameron reconoce que creó Avatar tras quedar deslumbrado por su Gollum de El Señor de los Anillos es que la industria está rendida a tus pies. Quizá por eso Peter Jackson funciona a su manera: odia abandonar su Nueva Zelanda natal, supervisa hasta la extenuación todo el material de sus películas y se permite manías como usar sólo dos camisetas durante todo el rodaje de El Señor de los Anillos.

No pases de...

Una película. King Kong. Sin duda: una de las más grandes películas de siempre. La magia de sus efectos especiales, el romanticismo de su historia, el inolvidable y triste final... Un clásico que, como a Jackson, es capaz de fascinar todavía a cualquiera que tenga la suerte de descubrirlo. Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, 1933. Manga Films, 9,99 euros.
Un disco. Meet the Feebles. Un zorro cantando las virtudes de la sodomía. Una hipopótama ninfómana ametrallando al público de una opereta. Ésas y peores cosas pueden verse y, en este caso, escucharse en la delirante banda sonora de esta película, donde Jackson exploró el lado oscuro de los televisivos Barrio Sésamo y Los Teleñecos. Peter Dasent, 1989. 19,99 euros.
Un libro. El Señor de los Anillos. La Tierra Media, los hobbits, el viaje de Frodo Bolson para acabar con el Anillo Único... Una obra capital de la literatura del s. xx, con millones de lectores en todo el mundo. Jackson también cayó bajo su hechizo, y se hizo grande trasladándola a la gran pantalla. J. R. R. Tolkien, 1954. Ed. Minotauro, 53,50 euros.
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