La Guardia Civil utiliza 14 detectores de latidos para interceptar a los sin papeles

Un inmigrante, escondido en el salpicadero de un vehículo.
Un inmigrante, escondido en el salpicadero de un vehículo.
GUARDIA CIVIL
Un inmigrante, escondido en el salpicadero de un vehículo.

"Es tan fiable que si pones sólo un dedo en el chasis del camión, detecta el latido de tu corazón", explica Tomás Navarro, coronel jefe del Servicio Fiscal de la Guardia Civil. Este sistema tan "fiable" sirve para combatir la inmigración irregular. Es un detector de latidos, y la Benemérita tiene 14 fijos y móviles en los principales puntos fronterizos calientes: Algeciras, Alicante, Almería, Cádiz, Málaga, Ceuta, Melilla y Tarifa.

En estas zonas de riesgo, por donde entran a España miles de mercancías y viajeros, la Guardia Civil inspecciona una media de 12.000 vehículos al año. El detector está provisto de dos pinzas, que se ponen en el bastidor o el chasis del vehículo.

Un micrófono muy sensible detecta si hay latidos, y si hay más de uno. Si es así, no hay otra posibilidad: alguien está oculto en él. Cada detector, de tecnología norteamericana, cuesta unos 100.000 euros. Los dos primeros se adquirieron en el año 2002. Su éxito y fiabilidad han permitido incrementar su número.

400 localizados al año

Los detectores han localizado a una media anual de 400 inmigrantes escondidos en turismos y camiones en los dos últimos años. "El flujo de los irregulares ha bajado en estos dos años. Antes se localizaba al triple", explica un portavoz del Servicio Fiscal. Por el viaje pagan entre 1.500 y 2.000 euros.

La inspección con el detector dura entre cuatro y cinco minutos y evita perder tiempo registrando los camiones. Los inmigrantes encuentran multitud de recovecos donde esconderse: en dobles fondos, en depósitos, en los ejes e incluso dentro de las mercancías. Un veterano agente asegura haber localizado a un magrebí escondido entre las cenizas procedentes de incineradoras que transportaba un camión cisterna. La mayoría de los que tratan de pasar a España proceden de Marruecos y del norte de África.

Muchos de los sin papeles vienen ya escondidos porque han pactado y pagado el viaje. "Los que se cuelan en Marruecos para intentar entrar en España cuando el conductor hace un alto se meten en cualquier sitio, agarrados en los ejes. Es un viaje peligroso que ha costado vidas", señalan desde la Benemérita.

Y también por el CO2

Los que se esconden en turismos lo hacen como si se tratara de verdaderos contorsionistas de circo. Se meten en motores, salpicaderos y maleteros. Aquí, además de los detectores, también son muy útiles los perros adiestrados. La Guardia Civil tiene 20.

La Guardia Civil también trabaja con cinco detectores de CO2 para luchar contra la inmigración irregular. Son menos fiables porque, por ejemplo, no sirven para inspeccionar camiones que llevan como mercancía animales, verduras o gramíneas, que también expulsan CO2. Pero para otro tipo de mercancías, estas sondas revelan si hay algún ser vivo que emite CO2, por ejemplo, dentro de contenedores.

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