El Supremo confirma la pena de 9,5 años a un conductor que al huir de un control en León mató a un guardia civil

Fue detenido en Puebla de Sanabria (Zamora) en un segundo control en el que los agentes tuvieron que usar sus armas reglamentarias

El Tribunal Supremo ha ratificado la pena de nueve años y medio de cárcel que la Audiencia de Zamora impuso en diciembre de 2009 a un automovilista palentino con iniciales P.A.F, que en julio de 2007 huyó de un control montado por la Guardia Civil en la provincia leonesa y en su fuga causó la muerte en Villaquejida (León) de un motorista del Instituto Armado que participaba en su persecución.

El fallo del Alto Tribunal desestima así el recurso de casación interpuesto por el acondenado contra una sentencia anterior de la Audiencia de Zamora, que le halló autor de un delito de homicidio, en concurso ideal con un delito de conducción temeraria y otro de atentado, con la concurrencia de la eximente incompleta de alteración psíquica, y le impuso la referida pena privativa de libertad y la obligación de desembolsar indemnizaciones por importe global de 196.000 euros, con responsabilidad civil directa de Zurich y subsidiaria de su padre, que era el propietario del turismo en el que viajaba, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Los hechos se remontan 11 de julio de 2007, cuando el condenado, P.A.F, circulaba en un vehículo por la A-231, sentido León, junto a su compañera sentimental y al llegar al kilómetro 21 de la A-231, término municipal de Santas Martas (León), se encontró con un control extraordinario, debidamente establecido y señalizado, para la detección de elementos terroristas.

Fue entonces cuando, haciendo caso omiso a las señales de alto, inició una huida en sentido León, de ahí que dos motoristas pertenecientes al Destacamento de Tráfico de León y un vehículo oficial camuflado, con las señales acústicas y ópticas reglamentarias activadas, iniciaran su persecución.

El condenado continuó su marcha a gran velocidad por la A-231, sentido León, para después tomar la A-66, dirección Benavente, y al llegar al kilómetro 199, a un kilómetro de Villaquejida, donde se había situado un motorista a cada lado del coche haciéndole señales de alto, dio un volantazo a la derecha y uno de los agentes que circulaba por el arcén, el leonés Miguel Ángel López López, quedó aprisionado entre el coche y una vionda que en ese momento se encontraba situada en la vía.

A causa de ello, el motorista salió despedido fuera de la vía y falleció en el acto. La víctima, destinada en la capital leonesa, tenía dos hijos de cinco años y cuatro meses y residía en Trobajo del Camino.

Pese a ello, el automovilista continuó circulando a gran velocidad y no pudo ser detenido hasta llegar a Puebla de Sanabria (Zamora), no sin que antes, y tras dejar que se apeara su acompañante, se saltara otro control en el que los agentes tuvieron incluso que utilizar sus armas reglamentarias.

En el momento de los hechos, el condenado no se encontraba bajo los efectos del alcohol, aunque sí sufría un trastorno psicótico de etiología no determinada que limitaba de forma importante su capacidad para entender la ilicitud de los hechos cometidos.

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