Si las paredes hablaran, mucho tendrían que contar las de la histórica fábrica artesanal de vidrio de la Trinidad, en Miraflores. Fundada hace un siglo (1902) llegó a tener casi 500 empleados; fue escenario de grandes huelgas en los 20 y 30; se convirtió en 1934 en la primera cooperativa laboral de Andalucía, hasta que en 1999 cerró sus puertas por falta de pedidos. Cuatro años después, la plantilla de la Trinidad resurgió en el Polígono Industrial Carretera Amarilla, donde aún siguen.Ahora, una docena de asociaciones del barrio, reclama la apertura del inmueble, hoy abandonado, pero cuya nave, horno y chimenea central fueron declarados Bien de Interés Cultural.
El resto de la propiedad pertenece a particulares. La idea es convertir este histórico edificio en una escuela de aprendices, un museo del vidrio artesanal, un centro cívico, una residencia de ancianos, una biblioteca de barrio y un polideportivo cubierto, en definitiva, «un centro social completo para toda la zona», comenta Basilio Moreno, presidente de la asociación de vecinos del Retiro Obrero.
«Son cien años de la historia de una fábrica emblemática de Sevilla que no queremos que se pierda», dice Carmen Hidalgo, gerente de la actual fábrica La Trinidad, cuya plantilla y dirección aplaude la iniciativa. Los vecinos, que han dedicado unas jornadas al futuro de la fábrica, presentarán la propuesta al Ayuntamiento.
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